Archivo por días: 2011/12/08

Un debate contaminado por la Inmaculada

Voy a cumplir mi rito anual: como todos los años este día 8 de diciembre me voy a meter con la Purísima 🙂

Pero este año no voy a estar solo. Por fin se empieza a debatir si tiene sentido una fiesta como ésta. Aunque me temo que, como de costumbre, el debate se ha desenfocado a propósito, para dejar de lado la raíz de la cuestión, hablar sólo de productividad, y aprovechar para eliminar derechos sociales, sin entrar en el fondo. En concreto, el problema no es que haya muchas fiestas, con la posibilidad de unir días sueltos para aumentar el periodo de descanso, ya que en el fondo es mucho más importante el número total de horas trabajadas. Lo ha explicado mucho mejor Isaac Rosa, así que me evito más consideraciones.

Lo que ocurre es que se ha tomado una situación excepcional, este inmenso puente al final del año, como un espantajo para generalizar una situación particular, y para dar argumentos a un intento de eliminar otro tipo de derechos. En concreto, quiero defender que no es que haya demasiadas fiestas, sino que los periodos de descanso no los determina una planificación racional o una tradición aceptada, sino la fuerza injustificada de una instancia que aún mantiene más poder de la que merece: la Iglesia católica.

El problema con este puente es que se concentran fiestas en un mes que no las necesita, cuando ya están tan próximas las celebraciones del solsticio de invierno (perdón, de la navidad). En cambio, tendremos un primer trimestre sin apenas descansos, que se nos va a hacer larguííííísimo. La Virgen

Pero es que además esta fiesta no tiene ningún sentido: casi nadie sabe lo que se celebra. Es más, como ya dije en otra ocasión en mi anterior blog, quien cree que lo sabe, en la mayor parte de los casos está equivocado. Pruébalo: piénsalo y luego pincha en el enlace; es posible que te lleves una sorpresa (pista: no es el embarazo de María)

En fin, que si van a cambiar las fiestas, que no dejen opinar a la Iglesia católica. Quién sabe que nuevo calendario absurdo se les ocurriría proponer.