20.3.08

 

Los errores históricos y geográficos de Bush

Cada vez que se celebra un aniversario (¡ya han pasado 5 años!) de la invasión de Irak por las tropas norteamericanas, con la ayuda de algún visionario como el pronto olvidado José María Aznar, me acuerdo del interesante debate que se organizó en el foro de discusión en esperanto soc.culture.esperanto, que comenzó un colega estadounidense con el título “Los iraquíes acogerán a la coalición como liberadores”. En un entorno de participantes procedentes de muchos países y con opiniones muy diversas (ya he comentado varias veces que el mundo esperantista es mucho más plural de lo que la gente supone), el intercambio de puntos de vista resultó muy esclarecedor e informativo.

Unos meses después yo mismo contribuí con dos textos, que todavía considero válidos, y que he copiado en mi otro blog. Hacía notar que en la invasión tuvieron cierto papel algunos errores de historia y geografía.

Los errores históricos de Bush

Quizás Bush no habría cometido los mismos errores si conociera la historia de España (y de otros países europeos). En mi texto explicaba las enormes similitudes que veo entre la situación de Irak y la causada por la invasión napoleónica en España, lo que posteriormente se denominó Guerra de Independencia, y con la que tanto nos van a machacar durante este año, con motivo del segundo centenario.

Al fin y al cabo, también aquí en 1808 había un régimen impopular y opresivo. También entonces existía un país que se consideraba como la vanguardia del progreso, la libertad y los derechos humanos, a la vez que concentraba la potencia militar. En toda Europa, tanto una parte del pueblo como de las élites consideraban su régimen como un modelo que debería imitarse.

Pero ni los unos ni los otros estaban dispuestos a admitir que el modelo pudiese imponerse por las armas, ni veían con buenos ojos los daños colaterales: rapiña, destrucción, nombramiento de amigos en puestos de poder. No, no fueron recibidos como liberadores.

En la resistencia se mezclaron dos modelos. Por una parte, los que admitían el modelo, pero abominaban de la dominación: los que la historia terminaría llamando liberales, palabra que entraría el vocabulario de todos los idiomas (y también del esperanto), junto con guerrilla. Por otro, los curas trabucaires, dignos precursores de los actuales fundamentalistas suicidas de Al-Qaeda.

La lección final nos la anticipa el resultado de la guerra tras la retirada de Napoleón (gracias a la intervención inglesa, por cierto, algo en lo que las celebraciones nacionalistas que nos esperan este año seguro que no hacen mucho hincapié). ¿Quién triunfó? Los serviles, la facción más reaccionaria, los que restauraron la Inquisición. Espero que el paralelismo entre la situación entre ambas guerras no llegue hasta aquí, aunque pocas razones tenemos para la esperanza.

Saddam no merece mucha simpatía, pero creo que su figura también puede ser analizada en comparación con otros personajes de la misma época, cuando el ejército era considerado como una fuerza de modernización, de consolidación nacional y de contrapeso al poder eclesial; algo así como un Espartero, que, puestos a fijar ciertos paralelismos, bombardeó Barcelona y también estuvo a punto de ser nombrado rey. Las situaciones no siempre son iguales, y la historia tiene tendencia a repetirse como farsa, como ya apuntó otro, pero a Bush le hubiera venido bien estudiar un poco de historia española del siglo XIX antes de lanzarse a la aventura.

Los errores geográficos de Bush

También apunté entonces, aunque un poco menos en serio, que los errores también pudieron ser geográficos.

Al parecer le dijeron: existe un país cuyos servicios secretos contribuyeron a crear Al Qaeda, en cuyas escuelas se formaron los talibanes, gobernado por un general golpista, que posee armas de destrucción masiva y ayudó a difundir la tecnología nuclear a otras naciones. Se encuentra junto a Irán y Afganistán. Y Bush confundió el este con el oeste.

Según otras versiones, la información fue: existe un país que posee armas de destrucción masiva, que desobedece todas las resoluciones de las Naciones Unidas, gobernado a menudo por generales, que ha invadido naciones vecinas y masacra sus propias minorías. Está situado al lado de Jordania. Y Bush confundió el oeste con el este.

Se dice a menudo que los conocimientos de geografía de los estadounidenses no son muy altos, así que es posible que la información no sea incorrecta.

Por supuesto, ambas descripciones se correspondían respectivamente con Pakistán e Israel. Pero en la discusión en el citado foro recibí dos interesantes comentarios:

Hasta que leí lo de Jordania, creí que el segundo país se refería a Estados Unidos. (Bertil)
Es muy improbable que un presidente de Estados Unidos no sepa dónde se encuentra un país con gran cantidad de petróleo. (Dirk)

Pues sí, ambos tenían razón. Así que, después de todo, quizás no se trataba de un error. Quizás, pero sólo quizás, la codicia tenía algún papel.


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