Biografías

Biografías

Dr. Zamenhof

Lanti

Julio Mangada

Emilio Herrera

Cayetano Redondo

Leonardo Torres Quevedo

Sidonio Pintado

Petr Ginz

Ralph Lewin

Sobre el esperanto

Qué es el esperanto

Historia del esperanto

La lengua peligrosa

El esperanto en España

Cultura

La literatura original

Literatura española en esperanto

El cine en esperanto

El humor en esperanto

En esperanto

Índice general

Sobre el esperanto

Marie Schrøder, una verde estrella fugaz

Marie Schrøder En una noticia anterior comentábamos que en septiembre de 1909, Barcelona había acogido el quinto Congreso Mundial de Esperanto, y que uno de sus más destacadas celebraciones, el concurso de poesía de la primera edición de los Juegos Florales Internacionales, había sido ganado por una mujer. Marie Hankel no sería la única mujer que protagonizara el Congreso.

La pluralidad del movimiento que apoyaba la difusión de esa lengua ya se hacía notar, con hablantes procedentes de diversos países, clases sociales, grados de educación, sexos y edades. Las actividades solemnes iban a gozar de menos variedad: cuando saludasen los representantes de las organizaciones nacionales subirían al podio hombres maduros y distinguidos. Únicamente estaba previsto que rompiese esa monotonía la representante de Dinamarca, una joven de 27 años, que por su brillantez y dedicación se había convertido en una estrella, y en el alma del movimiento esperantista en ese país, Marie Schröder.

Cualquiera que hubiese estado en contacto con el esperanto en Dinamarca habría encontrado el nombre de Marie en todos los lados. Fue uno de los fundadores del grupo de Copenhague, de la Asociación Esperantista de Dinamarca (aun hoy existente, aunque con otro nombre), se ocupó de la revista de la organización, organizó congresos y reuniones. Fue la representante de los esperantistas daneses en reuniones públicas y privadas.

Lo excepcional del caso radica precisamente en sus circunstancias personales, al hecho de que una mujer joven guiara un movimiento social de esta importancia. Aunque los esperantistas se habían mostrado relativamente inmunes a prejuicios sociales, un caso como el de Marie era aún una excepción incluso en ambientes abiertos.

Una de sus últimas acciones relacionadas con el esperanto había sido la fundación de un club ciclista esperantista en junio del 1909. Fue este intento de unión de dos de sus pasiones la que resultaría fatal: la muerte le llegó precisamente en una excursión en bicicleta por las montañas de Suiza, en compañía de algunos compañeros.

Las circunstancias de su vida y de su muerte conmocionaron a los esperantistas reunidos en Barcelona. Su figura fue recordada en el Congreso, y los homenajes se sucedieron. Su tumba está adornada por una estatua del escultor Lindow, con una leyenda en esperanto.

Incluso hoy en día su figura se recuerda en el movimiento esperantista. A ella está dedicada una canción de la banda de rock “Esperanto Desperado” (un grupo rokero con sede en Dinamarca, y cuyos componentes tienen orígenes bosnios, franceses, polacos y estadounidenses, una mezcla que seguro que a Marie le hubiera encantado)

Leer más sobre la historia del esperanto.

Artículo publicado por primera vez en Soitu, con ocasión del centenario de su fallecimiento.