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Julio Mangada RosenörnMilitar y esperantista
Julio Mangada Rosenörn nació en 30 de junio de 1877, en Sancti Spiritus, Cuba, entonces todavía colonia española, donde su padre, que era militar, estaba destinado profesionalmente. Julio Mangada se sintió atraído también por la profesión militar, e ingresó en la Academia de Infantería en 1896. Llegó a participar, muy brevemente, en la Guerra de Cuba. Como era habitual en la profesión, estuvo destinado en numerosos lugares de la geografía española, aunque sus lugares de residencia más estables fueron la ciudad de Madrid y la localidad de Jaca. Casado con Josefa Sanz, tuvo un hijo varón, Luis, que le acompañó al exilio, y dos hijas, fallecidas ambas en Madrid en circunstancias trágicas. Tras la guerra civil se exilió primero al Norte de África, y después a Méjico, donde falleció el 14 de abril de 1946. Trayectoria política y militarComo se ha indicado, su carrera comenzó el año 1896, con su ingreso en la Academia de Infantería, de la que salió con el grado de teniente. Capitán en 1906, comandante en 1918, teniente coronel en 1929. Fue un militar de claras tendencias progresistas, incluso radicales. Masón, se interesó también por fenómenos como el espiritismo o el naturismo, lo que le valió cierta fama de excéntrico. En 1917 defendió a José Gualterio Ortega Muñoz, juzgado en consejo de guerra por la huelga de aquel año. En 1930 estaba a cargo del la guarnición de Jaca, por lo que fue investigado por su grado de participación en la sublevación a favor de la República de finales de aquel año; no se le pudo probar nada, ya que se encontraba en Madrid, debido al fallecimiento de su hija. Pero lo que le granjeó una enorme fama fueron dos circunstancias muy concretas de su vida profesional. En la primera, en junio de 1932, fue el principal protagonista del llamado incidente de Carabanchel, muy importante en el desarrollo de la política militar en el comienzo de la República. Durante el mismo, Mangada se enfrentó a algunos de sus superiores poco partidarios del nuevo orden republicano, entre ellos al entonces general de división Manuel Goded, que se había negado a dar un viva a la República, como entonces estaba establecido, y al jefe de su división, general Villegas. El incidente permitió al ministro de la Guerra, Manuel Azaña, destituir a oficiales poco leales. Mangada fue procesado y posteriormente absuelto, en parte gracias al apoyo popular.
Estas actuaciones le supusieron la nominación popular como general, aunque oficialmente sólo se le reconoció el grado de coronel, y otros honores como la Medalla de Honor del Ayuntamiento de Madrid en agosto de 1936 (ver documento). Posteriormente fue nombrado gobernador militar de Albacete, hasta la finalización de la guerra. Actividades en relación con el idioma esperantoJulio Mangada fue un destacado impulsor del idioma internacional esperanto. Esta circunstancia era tan notoria que todas las biografías y menciones en los libros de historia hacen referencia a ella. De alguna manera, fue el esperantista español por antonomasia en la época anterior a la guerra civil. Mangada aprendió esperanto en el año 1906. Rápidamente participaría en las actividades a favor de este idioma. A él se deben, entre otras actividades, la fundación de la Asociación de Militares esperantistas, la redacción de las revistas Hispana Lumo ("Luz Española", 1907) y Homaro ("Humanidad", 1912), la fundación de la Societo Zamenhof (1917) y finalmente la creación de la Asociación Española de Esperanto (1923), de la que fue motor y en la que ocupó diversos puestos de responsabilidad, incluyendo los de presidente y redactor de su revista oficial. Un ejemplo de su labor organizativa puede verse en la carta que aparece en esta página (original y traducción). Mangada escribió y editó una gramática y un manual del esperanto, e impartió numerosos cursos, en el Ateneo de Madrid y otros lugares. También editó varios libros del iniciador del idioma, L. L. Zamenhof. Por otra parte, tuvo una destacada producción literaria, tanto original como mediante traducciones al esperanto de literatura en castellano, entre ellas parte de El Quijote y dos Novelas Ejemplares de Cervantes, así como varios ejemplos de literatura popular. Sus actividades a favor del esperanto ni siquiera finalizaron con su salida de España, ya que continuó escribiendo en su exilio en Argelia y México. De hecho, su traslado a este último país fue posible gracias al apoyo de las organizaciones esperantistas internacionales, que le facilitaron los trámites y los medios materiales para el viaje. Su figura adquirió caracteres míticos dentro del movimiento esperantista internacional, hasta el punto de que su trayectoria ha sido estudiada por historiadores del movimiento esperantista como el japonés Yukio Hirai, el alemán Ulrich Lins o el principal historiador del movimiento esperantista español, Antonio Marco Botella. Hoy su figura ha quedado algo más difuminada, pero continúa siendo una figura de referencia del intento idealista de alcanzar una fraternidad universal, de la que el esperanto era para él un elemento más. Leer más sobre la historia del esperanto en los años 30 en España.Información más detallada sobre Mangada, en Esperanto. |
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