Sobre el esperanto

Sobre el esperanto

Qué es el esperanto

Un poco de gramática

Las letras del esperanto

Las 16 reglas

La obra de un idealista

Los primeros pasos

Flujos y reflujos en la historia

La lengua peligrosa

El esperanto y los trabajadores

Los anacionalistas

Los primeros pasos en España

La edad de oro del esperanto

Una lengua sospechosa pero tolerada

Ni clases ni fronteras

Un patrimonio casi desconocido

Una literatura madura

Las traducciones al esperanto

Literatura española en esperanto

El cine en esperanto

El humor en esperanto

En esperanto

Índice general

Sobre el esperanto

La edad de oro del esperanto en España

La historia del idioma internacional en los años 20 y 30

El periodo de entreguerras vio una rápida recuperación del movimiento esperantista español, seguido por una fuerte aceleración, y una brusca interrupción.

El movimiento esperantista español, como el esperanto en general, había sufrido por la exacerbación de los odios nacionales durante la Primera Guerra Mundial. La terminación de la guerra permitió la recuperación rápida del idioma.

Renacieron anteriores grupos y se fundaron otros nuevos. El esperanto adquirió nuevo prestigio ante una sociedad harta de odios y guerras: si en toda Europa la Asociación Universal de Esperanto había prestado grandes servicios a prisioneros de guerra en ambos bandos, en España fue muy apreciada la labor de los esperantistas en el acogimiento de niños procedentes de familias que habían sufrido de forma cruel las consecuencias del conflicto.

Por otra parte, hubo intentos serios de emplear el esperanto en la nueva arquitectura política internacional que surgió después de la guerra: una petición en tal sentido fue considerada en el seno de la Liga de Naciones, en cuyo seno uno de los principales defensores fue un español, el conocido ingeniero e inventor Leonardo Torres Quevedo; sin embargo, las propuestas fueron rechazadas por la oposición de las principales potencias, especialmente Francia, que no deseaban ver disminuido el papel de su propia lengua.

Obreros y catalanistas

También conoció un fuerte impulso el esperantismo ligado al movimiento obrero, dentro de la tradición del internacionalismo proletario. A nivel internacional se produjo un destacable crecimiento en la recién nacida Unión Soviética, y en 1921 se creó una organización internacionalista, SAT (Sennacieca Asocio Tutmonda).

En España, fue muy importante el apoyo de los medios anarquistas, que le dieron una impronta especial a su idioma. También existieron círculos de influencia socialista, lo que se tradujo, por ejemplo, en una rúbrica periódica sobre el esperanto en el periódico El Socialista, o la presencia de tres activos esperantistas en las Cortes Constituyentes de la Segunda República.

Así mismo, debe destacarse como muy activo el movimiento con base en Cataluña, en parte ligado al catalanismo político.

Propaganda y organización

El movimiento general (neutral) estaba liderado por el conocido militar Julio Mangada, impulsor de la denominada Asociación Española de Esperanto (HEA), fundada en 1925. Esta asociación se centró en las actividades de difusión y propaganda, con algunos éxitos notables, como el nombramiento de tres científicos españoles (el mencionado Leonardo Torres Quevedo y los menos conocidos académicos Vicente Inglada Ors y Emilio Herrera Linares) como representantes oficiales del Estado Español en la Conferencia Internacional para el empleo del Esperanto en las Ciencias en 1925.

No obstante, se ha de reconocer la debilidad organizativa del movimiento, agravada por el enfrentamiento interno entre los partidarios de una asociación fuerte y unitaria a nivel de todo el país, y los que defendían una simple confederación de grupos locales, regionales o sectoriales. Hubo incluso un periodo con dos asociaciones separadas, aunque en general el número de hablantes del idioma no dejó de crecer en el conjunto del país.

Personas de todos los sectores sociales y tendencias ideológicas aprendieron activas o fueron activas en su entorno.

Por otra parte, fue destacada la actividad cultural, especialmente en la edición de textos originales y traducciones de textos literarios escritos originalmente en castellano o catalán. En Cataluña precisamente fueron famosos los Juegos Florales en esperanto, a imagen de los celebrados habitualmente en catalán. Por otra parte, un Instituto Español de Esperanto agrupaba a las personalidades más importantes relacionadas con el idioma, con relevancia en las artes, la literatura o la ciencia.

La crisis por guerra civil

Todo este progreso sufrió una inflexión con el inicio de la Guerra Civil. Aunque, como se ha visto, el esperantismo es un movimiento muy plural, con partidarios de todas las ideologías posibles, no es aventurado decir que una mayoría notable de los esperantistas, o al menos de los más notorios, tomó parte por el bando republicano.

No olvidemos el caso de Mangada, ya citado, y también podemos indicar la participación de varios esperantistas extranjeros en las Brigadas Internacionales, o la edición de numerosos textos propagandísticos del gobierno republicano o de la Generalitat catalana, incluyendo un periódico de amplia difusión Popola Fronto.

Tras la Guerra Civil, el movimiento esperantista organizado desapareció como tal. Aunque quedaron hablantes de esperanto, que poco a poco consiguieron organizarse y adquirir visibilidad, tardaría mucho tiempo en recuperarse parte de la brillantez y el prestigio que el esperanto había logrado adquirir en la sociedad española.

Continuar leyendo la tercera partesobre la historia del esperanto en España.

Artículo publicado originalmente en Suite101.net