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Racismo en las películas antirracistas

Está decidido, ya hay una película de este año que no voy a ver, aunque le den el Óscar. Y eso que es una de las mayores candidatas, y le acaban de conceder varios premios, entre ellas el dedicado a la mejor película en los premios anuales del sindicato de actores estadounidense. Me estoy refiriendo a «Criadas y señoras» (en el original, «The Help»). Y es que no me gustan las películas hipócritas.

Si el póster de la película Criadas y Señoras dijese la verdad«Criadas y señoras» es el último caso de un fenómeno que ya denuncié hace algún tiempo, en mi otro blog en esperanto: el de las películas presuntamente progresistas, anti-racistas, que se traicionan a sí mismas focalizando su atención en protagonistas blancos, de forma que las que los buenos sentimientos mostrados se contradicen con el propio punto de vista del que parten. En este caso, la acción está focalizada en el Sur de los Estados Unidos, en la época de la segregación de los negros, pero la historia gira alrededor de la protagonista blanca. No me extraña que algunos negros la hayan criticado y que el póster de al lado haga burla del tema: me parece una vergüenza.

El problema es que, como digo, no es la primera vez que ocurre. Hollywood lo hace continuamente. Así que me voy a copiar a mí mismo, para mencionar algunos ejemplos.

Mi anterior texto lo escribí tras ver “Australia”, una película filmada cuando Nicole Kidman estaba en lo alto de su carrera, y que gozó de un enorme éxito de taquilla. En ese, la trama se plantea como una defensa de los aborígenes de las Generaciones Robadas, pero al final tal denuncia queda como un subproducto en una historia de amor de dos australianos blanquísimos.

No es un fenómeno aislado. Cuando Hollywood decide criticar el racismo contra los negros recurre a abogados blancos (“Matar a un ruiseñor”), a policías blancos (“Arde Mississippi”) o a periodistas blancos (“Grita libertad”).

Es el caso también de algunas de esas películas en las que los indios son los buenos, pero no tanto que puedan ser los protagonistas. Es más, al parecer ni siquiera pueden ser el amante del protagonista, como en el caso de “Bailando con lobos”, el filme más hipócrita de la historia, en el que Kevin Costner puede ser amigo de los pieles rojas, pero tiene que encontrar una india de origen rostro pálido para que se desarrolle la inevitable historia de amor.

Puede incluso ocurrir, como en “El año que vivimos peligrosamente”, que no sólo sean blancos los protagonistas, sino incluso el actor que representa al nativo del país.

Ello no obsta para que en ocasiones el filme pueda ser una obra maestra, cuando la calidad del director, o la complejidad de la historia lo permiten (y en mi opinión algunas de las citadas lo son).

Pero quien quiera observar la diferencia entre escoger uno u otro punto de vista, puede ver dos de las películas más famosas sobre la guerra de Argelia, “La tortura” (“La question”) y “La batalla de Argel”. Donde en la primera los protagonistas son los franceses buenos, en la segunda lo era el propio pueblo argelino. La primera era una película bienintencionada. La segunda es, aún hoy, una gran película.

Tras mi anterior texto, he visto varios casos más, algunos de ellos en un artículo de Cracked.com sobre prejuicios de Hollywood. Aunque se trata de una web humorística y a veces algo bestia, da en el clavo en este y otros habituales trucos de la industria cinematográfica: no sólo que debe haber blancos buenos para que las películas con conflictos raciales funcionen en la taquilla, sino que las mujeres fuertes tiene que morir a media película, o Julia Roberts no puede ligar con un negro aunque todo el desarrollo de la película lo requiera.

Ya sabemos que Hollywood tiene tanto poder que puede hacer lo que quiere. Pero que no nos haga pasar por progresivo lo que es puro mainstream.

El esperanto interesa a los cineastas

Hace unos años escribí un breve artículo sobre el uso del esperanto en el cine, que se puede leer en esta misma web (en parte actualizado desde la primera edición del 2003) y que hace poco traduje al inglés. En él comentaba las dificultades que encuentra esta forma artística en la lengua internacional, sobre todo por la dispersión de hablantes y la dificultad en la distribución. También comentaba que ello en parte se iba a solucionar gracias a las nuevas formas de difusión, principalmente a través de la Red.

La previsión no era arriesgada, ya que ya entonces se estaban viendo los primeros pasos, pero desde entonces se evidencia un fuerte progreso en ese proceso. Más llamativo es que también aumenta una tendencia que entonces describía, y que a muchos les resulta más curiosa: el uso del esperanto por parte de cineastas no esperantistas, en ocasiones para dar un efecto especial a su obra. El ejemplo es más reciente es el corto de una directora turca, Tuğçe Sen, cuyo título original es “Senmova” (“Inmóvil” en esperanto), completamente hablado en esperanto, con subtítulos en inglés.

El cine y la cultura en esperanto

El esperanto ha sido considerado tradicionalmente como una lengua “libresca”. Nació por medio de la publicación de un libro, y con libros es como normalmente se aprendía y practicaba. La literatura era la joya de la cultura en esa lengua, y las personas más admiradas en el movimiento esperantista eran autores literarios. Evidentemente, también había formas de cultivar la lengua oral, en clubes, encuentros y congresos, pero en este campo sólo la radio ofrecía cierta continuidad. El dilema para muchos interesados en la difusión de esta lengua era: ¿cómo puede el esperanto convertirse en un medio de cultura popular en un mundo en el que el libro pierde su posición central entre las formas de cultura?

Como decía, hasta hace unos veinte años, la dispersión del movimiento esperantista impedía el cultivo regular de otras formas artísticas como la música o el cine. Pero los avances técnicos, y sobre todo la red, que tanto ha hecho por popularizar ambas formas, hasta el punto de que ambos se han hecho permanentes entre los jóvenes, también favorece el desarrollo de las mismas en el mundo del esperanto. Sobre todo la música en esperanto ha experimentado un desarrollo explosivo, plenamente consolidado, cuyo desarrollo posterior ya sólo depende del talento de los músicos.

En el caso del cine, los pasos son más inestables. Los canales de Youtube, Vimeo y otras redes disponen de bastante material, aunque la calidad de la serie “El esperanto es”, es más una excepción que una regla. Pero si se quiere disfrutar de mayor calidad y rigor, se puede acceder a una magnífica colección en la web Filmoj.net, que dispone no sólo de material original en esperanto, sino también subtitulado e incluso doblado a ese idioma.

El subtitulado es actualmente una tendencia en boga en la red. Google acaba de anunciar una iniciativa de subtitulación automática masiva, y aunque los traductores automáticos al esperanto dan todavía una calidad reducida, no es descabellado pensar que esa tendencia llegará también a esta lengua. Mientras tanto, pueden verse ejemplos de vídeos subtitulados en las conferencias de TED o en la página Subtekste.

Documentales

Las webs como Youtube se están empleando también para la introducción de material puramente documental, y hasta la organización más importante de este movimiento, la Asociación Universal de Esperanto ha creado su propio canal en esa red. Para hispanohablantes puede resultar interesante consultar la colección del canal abierto por el escritor Miguel Gutiérrez Adúriz, con material muy diverso, pero interesante incluso si no se habla esperanto.

Pero para este último público, es decir, personas interesadas en el esperanto, pero que no lo hablan, prefiero citar un reciente documental, de Sam Green, “Utopía en cuatro movimientos”. En la actualidad, otra importante organización, la más comprometida Asociación Mundial Anacional, SAT, está produciendo una película documental, dirigida por un director profesional Dominique Gautier, mostrando la viveza del movimiento y el carácter revolucionario de la lengua. El proyecto puede seguirse en la web.

Esperanto en películas de no esperantistas

El esperanto parece tener cierto atractivo para los cineastas, incluso si no hablan la lengua. Bueno, para ser más modestos, lo que pasa en ocasiones es que una lengua artificial da la oportunidad de crear una atmósfera especial, y no faltan ejemplos de creación de una lengua completamente nueva para una serie de películas (el klingon de “Star Trek” es el caso más conocido, y el na’vi de “Avatar” el más reciente)

Como comentaba en el artículo antes citado, el uso del esperanto puede dar matices de universalismo (“El gran dictador”), extranjería (“Noche del tren galáctico”), utopía (“El coche de pedales”), multilingüismo (“Blade:Trinity”), futurismo (“Gattaca”), neutralismo (“Idiot’s delight”), exotismo (“Camino a Singapur”), anarquismo (“La ciudad quemada”), o misterio, como en el filme más famoso de este tipo, el curioso “Incubus”, muy citado entre los amantes del cine de género, entre otras por el papel de William Shatner, una especie de icono en ciertas subculturas.

Tales matices también se explotan en algunos filmes modernos, como la serie de televisión rusa “Casarosa”, el corto noruego “Que será, será” (sic: el título original está en castellano), o el corto español “Mondo” (en este caso es al revés: el título está en esperanto).

Pero uno de los más interesantes es precisamente el reciente “Senmova”. Se trata de un corto de 14 minutos, filmado en el 2009 y presentado desde entonces en varios festivales de cine. Trata de dos amigas de la infancia, la activa políticamente Ismene y la ingenua y apolítica Effie en un régimen totalitario en un tiempo indefinido, en el que se habla esperanto. El resumen de la directora es: “somos libres de elegir si somos activos o no, pero ¿podemos determinar las consecuencias de nuestra elección?”

Como decía, la película está hablada completamente en esperanto, y también su título está en este idioma. Se trata de una elección consciente de la directora, a pesar de que ella misma no es esperantista. Bueno, para ser precisos, no habla el idioma, pero ella considera que “en mi corazón y mi mente nací esperantista”, según una entrevista que yo mismo le he hecho para la revista en red “Libera Folio”, y que se acaba de publicar hoy. En ella, Tuğçe Sen se confiesa antinacionalista y ciudadana del mundo, y vio en el esperanto su forma de expresar este sentimiento en una película antitotalitaria.

La película ha sorprendido a la comunidad esperantista, entre otras razones porque tiene un nivel lingüístico irreprochable a pesar de haber sido hecha al margen de los esperantistas, y sólo con la ayuda de un hablante norteamericano, Jim Ryan, en la traducción (al contrario de lo que ocurrió en el citado “Incubus”, en que la pronunciación era atroz). Tuğçe ha anunciado su intención de filmar un largo, también con presencia del esperanto. A pesar de las dificultades que encuentra una persona como ella, mujer, no musulmana y no nacionalista, en la actual Turquía, a ver si tiene suerte.

Versión en esperanto, en «Libera Folio»