Archivo por meses: julio 2010

El efecto Sara Carbonero

En el artículo previo en este blog comentaba que el efecto de alegría colectiva que se ha producido en el país con la victoria del equipo español de fútbol va a tener una vida corta. Es lo que tiene este nacionalismo alimentado por el deporte: que puede producir cierta unión superficial en el grupo, pero no creo que ayude a un sentimiento comunitario más fuerte y duradero.

Algunos artículos de prensa han sugerido efectos económicos: aumentos en el Producto Interior Bruto o incremento de las visitas turísticas. El primer efecto me parece muy dudoso, y sería un síntoma de lo frágil que es el PIB español que un aumento de la euforia consumista produjera un efecto tan elevado. Tampoco me parecen muy fiables las previsiones turísticas, aunque todo esto prefiero dejárselo a los expertos.

Pero hay un efecto que va a ser más duradero en el país, y que yo juzgo negativo a largo plazo. Que todos los chicos jóvenes del país van a querer ser futbolistas, y todas las chicas, periodistas.

Lo de los chicos creo que no necesita mucha explicación. Tampoco es nuevo: ya hace años que todos los chicos quieren ser futbolistas, y, lo que es peor, también es lo quieren los padres. Cuando el año pasado mi hijo tuvo que elegir su carrera universitaria, me sorprendió la cantidad de sus compañeros, incluso algunos de ellos brillantes estudiantes, que se apuntaron a materias relacionados con los deportes, hasta el punto que varios tuvieron que conformarse con estudios deportivos no universitarios. No critico su elección, pero creo preocupante como país que incluso brillantes estudiantes consideren que la mejor forma de promoción social es la actividad deportiva. Es claro que la reciente victoria no puede por menos de incrementar esa tendencia en los chicos… y en sus padres.

Lo de las chicas requiere una pequeña explicación. Ya hace un tiempo hablé sobre el llamado “Efecto Letizia”. Es un término empleado por Carlos Elías en su libro “La razón estrangulada”, y hace referencia en la atracción por la carrera de periodismo, como forma de promoción social, que conduce a que esta carrera sea una de las que requiere notas más elevadas de entrada, a pesar del alto nivel de paro y precariedad que soporta. Pero cuando uno ve las posibilidades de contactos personales que ofrece, y el “efecto fama” que facilita, a muchos jóvenes le puede merecer la pena el arriesgar y orientar su vida profesional por ese lado. Comentaba en ese artículo que la promoción puede ser indirecta, por medio incluso del matrimonio, y que había numerosos ejemplos del contacto de periodistas con personas poderosas, hasta culminar con la llegada al principado, y de ahí el nombre del efecto. Sara Carbonero en el Huffington Post

Recientemente especulaba en otro texto con la posibilidad de que el fenómeno se viera pronto difuminado debido a la dura situación económica que se avecina, y que a medio plazo carreras más exigentes como las científicas pudieran ver cómo se incrementa el interés por ellas, mientras que disminuiría la atracción por el periodismo. Sigo pensando que la primera parte es aún válida. Pero ya no estoy seguro de la segunda. Cuando entre los 30 principales hitos del Mundial de fútbol para el influyente Huffington Post, dos hacen referencia a una periodista y su romance con lo más parecido que ahora existe a un príncipe azul, me atrevo a vaticinar que el año que viene la demanda para entrar a Periodismo se va a disparar todavía más.

Es triste, pero me temo que esa va a ser, a largo plazo, la principal consecuencia del Mundial. Que pasaremos del “Efecto Letizia” al “Efecto Sara Carbonero”.

Un nacionalismo soportable

En los últimos días, gracias a mi participación en bastantes foros internacionales y a mi conocimiento del esperanto, he recibido unas cuantas felicitaciones desde bastantes países, incluyendo sitios como Nepal e Indonesia. Y todo sin merecerlo. Simplemente porque un grupo de jóvenes que al parecer me representa ha vencido en un juego que no me interesa.

No quiero parecer desagradecido. Es verdad que no me interesa el deporte de competición, y que soy bastante inmune a los sentimientos grupales que este tipo de juegos ocasiona. Pero agradezco los buenos deseos de los amigos. A la vez, y sobre todo, me alegra que los que me rodean estén felices. Los buenos sentimientos son contagiosos, y me parece muy bien que la gente que quiero se lo pase bien.

Como decía, no me interesa el fútbol como espectáculo, así que ese día fui uno de los testigos de las calles vacías y participé en el proyecto que organizó Kurioso. También tengo que decir que luego, casi por casualidad, fui testigo de las calles llenas durante la celebración del día siguiente en Madrid.

Como sabe quien me ha leído otras veces en este blog, yo soy muy crítico con el nacionalismo/patriotismo. Me parece muy bien el sentimiento comunitario, pero justamente el grupalismo ocasionado por el deporte es el que más aborrezco. Sin embargo, esta vez debo decir que lo he aceptado bastante bien. Por lo que he podido experimentar, se ha tratado en general de un sentimiento bastante sano y civilizado. Ni se ha visto mucha agresividad ni se ha orientado contra otros.

He visto participación de extranjeros, inmigrantes y turistas. Tampoco he visto que la alegría por la victoria de España se haya manifestado como hostilidad a Cataluña o el País Vasco. A nadie vi protestar por la presencia de una senyera en el autobús de los futbolistas. Y parece que muchos catalanes vieron compatible su participación en la manifestación catalanista del sábado con la celebración española del domingo. En contra de lo que critiqué en otra ocasión, esta vez la proliferación de la bandera rojiamarilla parece que fue símbolo de unión, en vez de secesión.

Me parece bien. No he sentido el entusiasmo general, pero tampoco lo considero negativo. Supongo que a muchas personas les ha venido bien un motivo de alegría en medio de una situación económica desfavorable, y han sentido la necesidad de un sentimiento colectivo cuando acecha la posibilidad de que se produzca una descomposición social y un sálvese quien pueda. También yo me incluiría en este grupo, si no fuera porque me temo que cuando este sentimiento se produce por causa del deporte, es muy frágil, y no aguanta la menor tensión social.

Cuando volvamos después del verano, los problemas seguirán ahí. Necesitaríamos un tejido social más resitente y desarrollado para afrontarlos colectivamente. Las banderas poco van a ayudar.

¿Qué ha pasado en estos dos meses?

Si hubiera blogueado aquí durante estos dos meses, ¿de qué hubiera escrito? Bueno, mucho ha pasado durante esta pausa, en relación con el esperanto. Obviamente, la Copa de Fútbol, pero eso, como en las películas de misterio, lo dejo para el final (sí, no es broma, y tengo algo original que decir sobre el asunto)

Lo más visible en estos meses ha sido la aparición del esperanto en un telediario. Ocurrió a principios de junio, dentro del segmento “¿Te acuerdas?” de los informativos del domingo en Televisión Española. Tras unas imágenes antiguas, la reportera se preguntó cuál era la situación del esperanto en la actualidad, y se fue a Cheste, donde históricamente ha habido una importante proporción de hablantes de este idioma, y también nos entrevistó a unos cuantos amigos en una terraza de Madrid. La cosa quedó un poco superficial para mi gusto, con excesivo enfoque en lo anecdótico, pero supongo que ello es inevitable en el medio televisivo. De todas formas, lo mejor es que cada uno juzgue el reportaje por sí mismo:

La realidad es que el reportaje llamó la atención, como pude comprobar en comentarios de amigos y compañeros, y también por el notable incremento de visitas a esta web y a otras similares. Además, fueron visitas de calidad, podría añadir, por el interés y el tiempo que se tomaron en informarse sobre este idioma, leyendo diversas páginas y conectando con los enlaces pertinentes.

No puedo decir exactamente lo mismo sobre el otro pico de visitas que tuvo este blog, como consecuencia del conocido efecto menéame. Hace unos días llegó a portada de esa conocida web un texto de ésta sobre la oportunidad de encontrar un sucedáneo a la letra eñe para el caso en que ésta no se visualice correctamente en los medios electrónicos o impresos. Me alegró saber que hay mucha gente que percibe el problema y está dispuesta a hacer algo al respecto. En cambio, resulta desolador comprobar la gran cantidad de personas que se asoma a la página apuntada en esa web, y se va sin apenas leerla. En cualquier caso, hubo lectores que se interesaron o incluso comentaron, aunque, por desgracia, es muy posible que no pueda mostrar los comentarios que me dejaron, por el citado problema con la anterior tecnología del blog; si al final no lo consigo, sólo puedo decir aquí que lo siento.

Por las mismas fechas que el reportaje de televisión, y cerca del lugar de rodaje, tuvimos otra interesante actividad relacionada con el esperanto en Madrid: un homenaje al poeta Miguel Hernández, ahora que se cumple su centenario. Su traductor al esperanto, su casi homónimo Miguel Fernández, junto con Ana Manero, declamaron sus poemas en español y esperanto, en un acto muy bello y emotivo. Colgué unas fotos en Ipernity, y también hay aquí un vídeo del evento.

Durante estos días me ha llegado un libro que debería formar parte de la serie “en papel” que estaba sacando estas últimas semanas (1, 2 y 3). Se trata de un homenaje a una persona muy conocida en el mundo esperantista, el profesor anglo-estadounidense Humphrey Tonkin, que ha sido, entre otras muchas responsabilidades, presidente de la Asociación Mundial de Esperanto. El libro “La arto labori kune” (El arte de trabajar juntos) contiene casi un centenar de artículos muy diversos de diferentes autores, incluyendo uno mío sobre el movimiento de los trabajadores esperantistas en las primeras décadas del siglo XX en España. Un mes de estos espero poderlo publicar en la web, quizás incluso traducido al castellano, y entonces ya hablaré más del asunto.

Otra acción que va a dar que hablar es la celebración este año en una ciudad latinoamericana, La Habana, del congreso mundial de esperanto, dentro de un par de semanas. Con esta ocasión esperamos que el movimiento esperantista pueda dar un paso adelante en la América hispana, una región relativamente débil en la penetración de esta lengua internacional. Desde la Fundación Esperanto hemos emprendido una campaña de envío de libros de enseñanza y lectura, para su uso en Cuba y resto de países de la zona, y espero que podamos ayudar más a este propósito en lo que queda de año.

Y con el Congreso de Cuba está relacionado el asunto que adelantaba al inicio: la celebración de la Copa Mundial de Fútbol. Parecerá que se trata de dos temas que no tienen nada que ver, pero como ya escribí hace cuatro años, se trata de dos fenómenos muy relacionados: desde hace varias ediciones, el vencedor de la Copa es el país que acoge el Congreso de esperanto. Ya ocurrió en las tres últimas ediciones, aunque este año tenemos el inconveniente de que Cuba no participa en el campeonato. En este caso, ya hace cuatro años se adelantó desde la Asociación Mundial de Esperanto que en circunstancias de este tipo el campeón será el país que alberga la sede de la asociación, es decir, Holanda. Esta previsión la adelanté a principios del campeonato en otra página web, y en conversaciones privadas, y fue despreciada por muchos. Sin embargo, puede verse ahora que hay un fondo real en la misma, y muchas posibilidades de que se confirme. Bien es verdad que algunos han apuntado el hecho de que España tiene, como penúltima potencia colonizadora, y madre patria de Cuba y de los hermanos Castro, el derecho de recibir el privilegio que le correspondería al país caribeño, así que no todo está perdido para los aficionados futboleros españoles. Pero en cualquier caso, ¿hay alguna duda de la influencia del esperanto en todo lo que realmente importa en el mundo?

He vuelto

Tras más de dos meses sin bloguear por aquí, ¡he regresado!. Eso sí, he cambiado de sitio, de aspecto, de tecnología y de dirección. Los anteriores artículos se pueden leer todavía aquí, pero los tecnólogos me han hecho alguna faena, y he tenido que empezar casi de nuevo desde el punto de vista formal. No todo está al ciento por ciento, pero espero ir incorporando nuevas mejoras formales y nuevo contenido en los próximos días.

Mientras tanto, actualiza las nuevas direcciones de la bitácora y del canal, y no dudes en avisarme si ves algo técnicamente raro. ¡Gracias!