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En las redes y en las sedes

El año pasado por estas fechas la página principal de Google estaba adornada con una bandera verde, símbolo internacional del esperanto. Era la forma en que esta compañía homenajeaba el 150 aniversario del nacimiento del Dr. Zamenhof, el creador de esta lengua internacional. No era previsible que este hecho se repitiera este año, pero aún así los esperantistas continuamos celebrando, como cada año, nuestro día, tanto en el mundo real como en el virtual.

gráfica de tendencias de TwitterEn Internet, si en otras ocasiones nos habíamos fijado en los blogs, este año el protagonismo se encuentra en las redes sociales. Un ejemplo es el caso de Twitter, donde se ha notado en lo que va de día un notable incremento de la aparición de la palabra clave #esperanto en las webs que recogen las tendencias en este servicio (ver el gráfico tomado esta mañana). No son cifras que compitan con Scarlett Johansson, pero es muy apreciable el esfuerzo de los tuiteros esperantistas, un grupo más numeroso de lo que observadores superficiales podrían suponer, y donde tenemos hasta un curso del idioma, como ya comenté en otro momento.

Estas celebraciones no disminuyen el interés de la más tradicional: la reunión de los esperantistas, para hablar y celebrar la cultura propia. En Madrid adelantamos la celebración a este pasado fin de semana, y organizamos una serie de actividades creo que muy interesantes (digo que creo, porque fui el coordinador del programa, así que espero que resultara así también para los asistentes). Charlas, cantos, proyección de películas, declamación de poemas, presentación de libros, y, por supuesto, gastronomía, fueron los contenidos de esta “Zamenhof-Tago”. Alguna foto la puedes ver por aquí.

En las redes y en las sedes, un buen ejemplo de lo que el esperanto es aún hoy.

ACTUALIZACIÓN: Más fotos en Ipernity. Pero quizás lo más interesante para no esperantistas es esta versión en esperanto de un villancico gallego, «O voso galo, comadre» que se puede ver al final de mi blog en esperanto.

Cuentas y cuentos (2)

Cuando escribí la entrada anterior, sobre la importancia de no quedarse con los números desnudos cuando se publican estadísticas en la prensa, pensé en incluir como ejemplo las conclusiones, a mi entender erróneas o pocos significativas, que suelen sacarse todos los años cuando se publica el informe sobre educación en los países de la OCDE, el llamado Informe PISA. No lo hice en ese momento, porque el texto me estaba quedando algo largo (como de costumbre), pero no puedo dejar de hacerlo ahora, cuando se acaba de publicar el informe correspondiente al año 2009, porque me ratifico en la idea que entonces exponía.

No he tenido tiempo aún de leer el Informe completo (pueden encontrarse aquí los resúmenes en su versión original y aquí en castellano la parte referida a España), y no voy a comentarlo aquí en profundidad, porque no soy especialista ni en estadística ni en educación, pero no quiero dejar de hacer un par de observaciones sobre la recepción que hemos tenido ocasión de leer de nuevo en los medios de comunicación españoles y en las reacciones de los políticos y opinadores, que se han lanzado a sacar conclusiones definitivas basándose en cuatro o cinco cifras.

gráfica de comprensión lectora del informe PISAMi tesis es que los números, tal como se están reportando, sin mayor contexto, son muy poco significativos. Algunos se están tirando de los pelos sobre la calidad de la enseñanza en España, por unas diferencias de décimas con respecto a otros países del mismo entorno, cuando las diferencias que se han obtenido dentro del país, entre unas regiones y otras, son incluso mayores, lo cual a mí me lleva a la conclusión de que los intervalos de dispersión de las medidas cubren de sobra gran parte de las diferencias dadas a conocer en los medios (salvo algunas excepciones realmente significativas).

El organismo responsable, la OCDE, hace mucho hincapié en que las diferencias no se deben a los niveles económicos, pero me permito desconfiar de que no se trate de una insistencia sospechosa, bien sea por los intereses de la propia organización o por prejuicios (wishful thinking). Aunque coincido en que los niveles socioeconómicos y el nivel educativo no lo son todo, parece demasiada coincidencia que en general los países menos desarrollados estén más abajo en la tabla, y que en España las notas medias sigan en general las pautas del nivel de renta de cada comunidad autónoma. Es asimismo obvio que aspectos culturales y de motivación también tienen que ver con el resultado total, y lo prueban ejemplos como los de Corea por un lado, y Baleares por otro (en este caso en un sentido negativo, quizás explicable por la poca motivación que durante mucho tiempo han tenido los muchachos que veían más oportunidades laborales en una carrera rápida en el sector turístico). Pero, desde luego, no creo que ningún gobierno regional tenga derecho a hinchar el pecho, como algunos han hecho, por resultados en los que es verdaderamente difícil que ellos hayan tenido un efecto significativo.

Alguno podrá decir que cómo desconfío de las conclusiones que la OCDE ha publicado. Bueno, lejos de mí enmendar la plana a gente que sabe más que yo, pero permitidme que mantenga un cierto escepticismo cuando la primera conclusión de la nota de prensa es que las chicas leen mejor que los chicos en cada país, con una diferencia equivalente a un año escolar. ¡Hombre!, teniendo en cuenta que la prueba se hace a jóvenes de 15 años, con la diferencia de madurez que existe a esa edad entre chicos y chicas, me parece que la conclusión era conocida para cualquiera que tenga hijos en esa edad, y desde luego apenas tiene nada que ver con los sistemas educativos en cada país.

Insisto: estoy convencido de que el informe completo será de mucha utilidad para las autoridades educativas de cada país, y seguro que de aquí se podrán obtener lecciones interesantes a partir de las experiencias de otros países. De hecho, sobre esta influencia de la variable socioeconómica el informe español contiene la conclusión, muy destacable, de que

La parte de la varianza atribuible a las circunstancias económicas sociales y culturales de sus alumnos es en muchos casos superior al 50% de la variación total entre centros. Como se ha señalado, existe una mayor equidad en los países en los que las diferencias entre centros son menores. Estos resultados ponen de manifiesto que el sistema educativo español es, después del finlandés, el que presenta mayor equidad entre los países seleccionados.

Mi crítica es sobre la insistencia de los comentaristas en la “nota general”. En el libro que citaba en el artículo anterior, “El tigre que no está” hay varios ejemplos similares sobre este tipo de ranking, con clasificaciones entre países, y cómo éstas apenas tienen en cuenta aspectos mucho más complejos que las cifras desnudas no descubren.

En definitiva, que los números desnudos que nos han proporcionado los resúmenes de prensa no sirven para nada fuera de su contexto. Una vez más, no son cuentas: son cuentos.