Archivo de la etiqueta: religión

Un debate contaminado por la Inmaculada

Voy a cumplir mi rito anual: como todos los años este día 8 de diciembre me voy a meter con la Purísima 🙂

Pero este año no voy a estar solo. Por fin se empieza a debatir si tiene sentido una fiesta como ésta. Aunque me temo que, como de costumbre, el debate se ha desenfocado a propósito, para dejar de lado la raíz de la cuestión, hablar sólo de productividad, y aprovechar para eliminar derechos sociales, sin entrar en el fondo. En concreto, el problema no es que haya muchas fiestas, con la posibilidad de unir días sueltos para aumentar el periodo de descanso, ya que en el fondo es mucho más importante el número total de horas trabajadas. Lo ha explicado mucho mejor Isaac Rosa, así que me evito más consideraciones.

Lo que ocurre es que se ha tomado una situación excepcional, este inmenso puente al final del año, como un espantajo para generalizar una situación particular, y para dar argumentos a un intento de eliminar otro tipo de derechos. En concreto, quiero defender que no es que haya demasiadas fiestas, sino que los periodos de descanso no los determina una planificación racional o una tradición aceptada, sino la fuerza injustificada de una instancia que aún mantiene más poder de la que merece: la Iglesia católica.

El problema con este puente es que se concentran fiestas en un mes que no las necesita, cuando ya están tan próximas las celebraciones del solsticio de invierno (perdón, de la navidad). En cambio, tendremos un primer trimestre sin apenas descansos, que se nos va a hacer larguííííísimo. La Virgen

Pero es que además esta fiesta no tiene ningún sentido: casi nadie sabe lo que se celebra. Es más, como ya dije en otra ocasión en mi anterior blog, quien cree que lo sabe, en la mayor parte de los casos está equivocado. Pruébalo: piénsalo y luego pincha en el enlace; es posible que te lleves una sorpresa (pista: no es el embarazo de María)

En fin, que si van a cambiar las fiestas, que no dejen opinar a la Iglesia católica. Quién sabe que nuevo calendario absurdo se les ocurriría proponer.

Harto

Harto de que un Jefe de Estado extranjero venga a decirnos cómo organizar nuestra sociedad. Harto de que un señor presuntamente célibe me diga cómo debo organizar la familia. Harto de que al cabeza de una secta se le reciba como a un soberano. Diseño: Serge SireHarto de que se creen precedentes para que el próximo rabino o lama o imam venga a ocupar los espacios públicos. Harto de que se consideren mejores por creer en seres imaginarios. Harto de que nuestros poderes públicos lo toleren o lo favorezcan.

No tenemos por qué aguantarlo, y por eso este miércoles nos vemos en la mani.

Cristo contra la familia

Empecemos por una confesión: dos o tres veces por semana escucho las emisiones de Radio Vaticana. Creo que es bueno leer o escuchar las opiniones de quien no piensa como tú, sobre todo si se expresan con claridad y respeto, y prefiero conocer el original que las distorsiones de extremistas y talibanes como la emisora episcopal española, que además pago con mis impuestos. También, todo hay que decirlo, porque lo escucho en esperanto, una lengua que parece hacer el milagro de unir a las personas por encima no sólo de fronteras, sino a veces hasta de ideologías.

Radio Vaticana me aporta a veces también la necesaria dosis de indignación. Especialmente cuando asoma, tan a menudo, la hipocresía. Cuando se muestran como si fuesen los únicos o mayores defensores de causas a las que han llegado tarde, o que contradicen continuamente en su actividad cotidiana. Cuando parece que son los máximos defensores de la tolerancia (¡incluso de la religiosa!), de la abolición de la pena de muerte (ellos, que la tenían hasta hace nada en el Catecismo y tan poco hicieron por combatirla en el franquismo o en las dictaduras latinoamericanas), de la limpieza financiera (¿recordamos la Banca Vaticana?) o de la conducta moral en relación con el sexo (en fin…)

Manifestación católica por la familiaPero donde más me indigna la posición de la Iglesia Católica es cuando se erigen en máximos defensores de la familia. Que unos señores célibes organicen, como está ocurriendo en estos mismos momentos en Madrid, una manifestación a favor de algo que no practican, es algo que sólo puede ocurrir en un mundo surrealista. Mientras los demás estamos atendiendo a nuestros hijos, ellos dedican el tiempo a masturbaciones mentales como esa perla con la que nos obsequió hace unos días un obispo: «El ministro de la familia en el gobierno del Papa, el cardenal Antonelli,  me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual.»

Está claro: no saben en qué consiste una familia de verdad, se trata de ideología en estado puro, no basada en una experiencia real. Pero estos días he entendido el verdadero origen de esta ideología anti-familiar de la Iglesia Católica. No es que en su vivir cotidiano se hayan apartado de las enseñanzas de Cristo, sino que lo siguen al pie de la letra. Y es que Jesucristo era contrario a la familia.

La familia en el Evangelio

Si no lo crees, compruébalo tú mismo. Lee la Biblia. No necesariamente el Antiguo Testamento, esa colección de mitos de unos pastores semitas, donde la poligamia o el repudio se defienden sin complejos, sino la fuente que nos dicen que es el fundamento de la religión cristiana: los Evangelios. Yo lo estoy haciendo estos días, entre otras cosas para ver cómo se describía la Navidad en el texto original (ver nota abajo)

Y la mayor sorpresa que me he encontrado es el tratamiento de la familia. Veamos el libro más detallado, el evangelio de Lucas. Sin entrar en demasiadas consideraciones sobre la generación y el nacimiento, tanto de Juan Bautista como del mismo Jesús, que a mí me parecen disfuncionales, pero que supongo que tienen un interés simbólico y teológico, veamos el resto de apariciones de la familia:

Lucas 2:49 Jesús reprocha a sus padres que le busquen cuando está en el Templo. “Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe de las cosas de mi Padre?” (de Dios, obviamente, no del otro)

Lucas 8:19-21 Vino su madre con sus hermanos (por cierto, cuando se lee el original es obvio que se habla de hermanos de verdad, no de otros parientes, como tan empeñada está la Iglesia en convencernos) y no lograron acercarse a él a causa de la muchedumbre, «y le comunicaron: Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y desean verte. Jesús respondió: Mi madre y mis hermanos son éstos, los que oyen la palabra de Dios y la ponen por obra» Y se pasa a otro episodio: en ningún caso Jesús toma ningún interés en recibirles.

Lucas 11:27-28 «Mientras decía estas cosas, levantó la voz una mujer de entre la muchedumbre, y dijo: ¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que mamaste! Pero él dijo: Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»

Lucas 9:59-62 No sólo es interesante que todos sus discípulos abandonan a su familia para seguirlo (hay menciones a que algunos están casados), sino que Jesús pide explícitamente que se pierda el contacto con la familia, como en cualquier secta destructiva. «A otro le dijo: Sígueme, y respondió: Señor, déjame ir primero a sepultar a mi padre. Él le contestó: Deja a los muertos sepultar a sus muertos; y tú vete a anunciar el Reino de Dios. Otro le dijo: Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa. Jesús le dijo: Nadie que después de haber puesto la mano en el arado mire hacia atrás es apto para el Reino de Dios.»

Más explícito aún es Lucas 14:26 «Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo», Lucas 18:29-30 « En verdad os digo que ninguno que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por amor al reino de Dios, dejará de recibir mucho más en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero» o Lucas 21:16 «Seréis entregados por los padres, por los hermanos, por los parientes y por los amigos, y harán morir a muchos de vosotros»

Lucas 12:51-53 «¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Os digo que no, sino la disensión. Porque en adelante estarán en una casa cinco y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; se dividirán el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Lucas 20:35 En la vida eterna no habrá maridos y mujeres, cuestión, por cierto, que los católicos suelen ignorar.

Y ya no hay más alusiones a la familia concreta (sí en las predicaciones, pero, nunca mejor dicho, una cosa es predicar y otra dar trigo). Aunque en el evangelio de Juan, una de las personas que están al pie de la cruz (aunque no en la resurrección) es la madre de Jesús, ésta no aparece en los otros evangelios, en una más de las muchas contradicciones de unos escritos teóricamente inspirados por Dios.

En fin, cada uno que entienda lo que quiera, aunque ya sé que la Iglesia católica no es muy partidaria de que cada uno lea la Biblia, y conozca de verdad lo que decía su presunto fundador. Como ya dije otra vez, al hablar de la concepción de María, y de como casi todo el mundo desconoce lo que de verdad significa esa doctrina, la jerarquía religiosa prefiere que no conozcamos lo que en teoría deberíamos creer.

Pero mi conclusión es clara: en este caso los sacerdotes y obispos son coherentes en sus acciones, aunque no lo sean en sus palabras. El Cristo de los evangelios estaba en contra de la familia. Al menos de la suya. Como cualquier líder de una secta.

Postdata: Para el que esté interesado en la versión original de la Navidad, el nacimiento de Jesús sólo se menciona en dos de los evangelios, y con dos cuentos tan diferentes y contradictorios, que la Iglesia se vio obligada a crear algo intermedio para nuestro entretenimiento. En Mateo, la familia vivía en Belén, llegaron los Magos, hubo una matanza de Inocentes, huyeron a Egipto, y luego se fueron a Nazaret porque Belén no era segura. En Lucas la familia vivía en Nazaret, María visitó a Isabel y regresó a su casa, fueron a Belén por el censo, se alojaron en la cuadra, les adoraron los pastores, le circuncidaron y presentaron en el templo y luego se volvieron a Nazaret. En fin, un completo cuento, creado para intentar encajar con antiguas profecías o para mostrarle como superador de Juan Bautista, sin duda más famoso en aquel tiempo. En este caso, mejor que nos lo cuenten ya preparado, que, si no, se nos quita la ilusión.