Soros nos descoloca a todos

George Soros descoloca a todos. Parece que una persona tan difícil de ubicar en la dicotomía izquierda/derecha, va a dar lugar a críticas por todos los lados.

Para empezar, nadie sabe muy bien como catalogar su discurso de hace un par de días en el encuentro de Davos. Como parece que no tiene ningún problema, a su edad y con su dinero, de decir lo que piensa, no me extraña que cada uno lo interprete a su manera (aunque la traducción de su intervención por parte de la agencia EFE no ayude tampoco)

Para intentar enterarme, he buscado un poco en sus intervenciones últimas, y he comprobado de nuevo que haga lo que haga sus intervenciones van a ser consideradas como de extrema izquierda y antiisraelíes por los conservadores norteamericanos y de otros países, y como ultracapitalistas y prosionistas por los progresistas del mundo entero. Dos ejemplos recientes.

Hace unas semanas se ha difundido una noticia sobre un conflicto dentro de la organización Human Rights Watch, en relación con el despido de un destacado investigador por sus artículos sobre Hamás. El hecho de que Soros financie en parte HRW, supone para este analista de Libertad Digital que la organización ha tomado una deriva antiisraelí, mientras que para este músico y escritor antisionista hay un evidente sesgo antipalestino y favorable a Israel.

Soros y Obama

La figura que acompaña este texto está tomada de Frontpage, una revista norteamericana ultra-conservadora. Según su teoría, Obama es un muñeco en las manos de Soros, que trata de convertir los Estados Unidos en un país socialista, con su financiación de nuevos movimientos en apoyo de Obama. Otros han visto esa iniciativa como un nuevo ejemplo de la influencia de las grandes corporaciones en la política de ese país.

No es la primera vez que se utiliza a Soros para atacar a Obama, ni es la primera caricatura en que se pinta a éste como un muñeco en manos de aquél. Ya hace un par de años comenté en este blog cómo sus ideas universalistas, heredadas en parte de su padre esperantista, habían sido distorsionadas para hacerle algo así como el padre de un Nuevo Orden Mundial, que anularía la excepción americana.

Incluso puede servir para ataques a la vez antisemitas y prosionistas. Y es que Soros da para eso y más. No hay quién se aclare con él.

En cambio, yo creo que su definición es clara: es un liberal clásico. No como los liberales españoles, que son todos funcionarios. Un liberal abierto, universalista y comprometido, sin dejar de estar a favor del libre mercado. No es de extrañar que muchos no puedan clasificarle fácilmente.

3 comentarios

  1. He leído tu artículo sobre los liberales españoles, que son todos funcionarios. Empiezas poniendo de ejemplo a un exfuncionario, lo que liquida bastante tu diatriba. Aunque no te das cuenta. Yo soy funcionario y liberal y, créeme, los que no sois funcionarios pero sois antiliberales me parecéis un poco, perdona, tontos. Cógelo por donde quieras, pero la idea es que sí, el funcionario es esencialmente una persona que pagas vía impuestos por algo bastante inútil.

    A HRW le pasa como a Soros, que está en medio de la izquierda y la extrema izquierda. Es decir, es muy pobre el argumento que pretende presentar a Soros como una especie de centrista citando la opinión que tienen fanáticos pasados de extremistas. Zapatero parece de centro si lo comparas con Hitler. Y esa es toda tu argmentación, el encontrar el punto medio de dos cosas muy, muy a la izquierda

    Claro que así llegas a algo sorprendente, que un milonario forrado, progre hasta decir basta sea un liberal clásico «de verdad». A Soros le encanta la regulación estatal (muy denunciada por los liberales de verdad) que, mediante una hábil manipulación, lo han hecho más millonario de lo que era.

    Un principio que tienen los liberales de verdad es que el primer enemigo de la libertad es un empresario consolidado y poderoso, que tiende a apuntalar su poder pidiendo ayuda a tanto el quilo al poder coactivo del estado. A lo mejor te tienes que tomar en serio la caricatura que hacen de él y Obama.

  2. Quería poner Stalin en vez de Hitler, pero da igual, este era socialista, o sea, de izquierdas (no te escandalices y medita un poco, que es verdad, Hitler era nacionalista de izquierdas, como la esquerra republicana de aquí)

  3. Gracias, Biroinj, por el comentario, y disculpa por el retraso en la aprobación: el sistema antispam funciona de aquella manera.

    Bueno, no debería agradecértelo, dado que me has llamado tonto, pero tomémonoslo por la parte positiva. Yo no creo que sea algo inútil ni la educación de mis hijos, ni mi sanidad, por poner dos ejemplos obvios. Es más, prefiero la sanidad pública, a pesar de que puedo acudir a una privada, porque me fío más de ella. Y si tengo que elegir entre un policía y una compañía privada de seguridad, no tengo dudas.

    En cuanto a Soros, me temo que sigue siendo un liberal. Lo que pasa es que aquí nos hemos olvidado tanto de lo que significa esa palabra, que hasta una persona tan tradicional y autoritaria como Esperanza Aguirre puede considerarse liberal, y olvidarse de que «El liberalismo es pecado» como bien supieron ver los propagandistas católicos de hace cien años.

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