Acabar cantando tangos en esperanto

Como contaba en mi anterior texto, este pasado puente hemos celebrado el congreso español de esperanto en Almagro. Ya decía entonces que lo de congreso suena muy solemne, y quizás deberíamos cambiarle de nombre. Es verdad que dio tiempo a trabajar algo, y a discutir aspectos formales y organizativos, pero sobre todo el contenido fue lúdico, cultural y amistoso. Hablamos mucho en esperanto, también con bastantes no castellanohablantes que se acercaron esos días a acompañarnos (algunos de tan lejos como Australia, Japón o Estados Unidos), y además hubo teatro, música (muy buena), cine, literatura, juegos y mucho más.

El congreso puede resumirse en el titular «el esperanto es una lengua viva, que funciona», que recogieron varios medios de comunicación como balance. Pero si uno quiere juzgarlo por sí mismo, quizás sea mejor comprobarlo en este vídeo, aunque no se entienda esperanto.

Hubo tan buen ambiente y se puede disfrutar tanto en ese idioma, que el último recuerdo que tengo es que alguno acabó cantando tangos en esperanto. Y no es el único.

De nuevo en Almagro

Hace justo dos años estaba teniendo lugar lo que comentaba en este artículo:  no sólo que celebraba mi cumpleaños, sino que lo hacía en Almagro, en un encuentro de jóvenes esperantistas, con mucha diversión y muy buen ambiente. Tanto nos gustó el lugar y el programa, que este año vamos a repetir la idea, a un nivel algo mayor: dentro de un par de semanas tendrá lugar en el mismo sitio el 71 Congreso Español de Esperanto.Cartel del 71 Congreso Español de Esperanto

Bueno, lo de congreso suena muy oficial, pero, como se puede ver en este vídeo sobre el encuentro juvenil citado, o en este otro sobre el congreso del año pasado en San Lorenzo de El Escorial, se trata de una cita no del todo formal, en la que los hablantes de esperanto nos reunimos no sólo para hablar en nuestra lengua y para organizar actividades de promoción, sino para disfrutar de las posibilidades culturales y lúdicas que este idioma permite.

Este año, por ejemplo, tendremos un homenaje al teatro, aprovechando la tradición de la ciudad que acoge el congreso, o una celebración del 20 aniversario de la constitución de la Escuela Ibérica de escritores en esperanto, que agrupa a algunos de los mejores literatos actuales en este idioma, varios de los cuales participarán en el encuentro.

También habrá cine, una de las manifestaciones culturales donde más está creciendo la creación en esperanto. O música, con la actuación de Kaj Tiel Plu (pronunciar kay-tíel-plu, que significa etcétera), una banda catalana, que toca música folklórica de esa región y de las adyacentes, traducida al esperanto, y que realmente merece la pena. Habrá debates, juegos, concursos, subastas, un taller de astronomía y otro de masajes, y mucho más.

También tendremos actividades para quien (aún) no hable esperanto: presentaciones de la lengua, un curso de iniciación, una exposición, películas, etc. Si hablas esperanto, no dudes en apuntarte. Si todavía no lo haces, acércate; quizás no te enteres de muchas cosas, pero podrás disfrutar de suficientes de ellas, y seguro que se te quitan muchos prejuicios.

En marzo empieza nuestro Año

Este año 2012 se cumple un importante motivo de fiesta en el mundo del esperanto, el 125 aniversario de la publicación del libro que daba a conocer esta propuesta de lengua internacional. El 26 de julio será, por tanto, el cumpleaños del esperanto.logo del 125 aniversario del esperanto

Durante el año está previsto celebrar el evento a lo largo de todo el mundo. En España se ha preparado una campaña específica, cuyas primeras actividades comienzan este mes. En concreto, desde el día 1 puede visitarse una exposición sobre la cultura y la realidad del esperanto en un centro cultural de Madrid, el C.C. Buenavista, en pleno barrio de Salamanca y muy cerca de la Plaza de Toros.

La exposición es básicamente igual a la que ya describí hace unos meses, cuando tras su paso por varias ciudades españolas también se acercó por Alcorcón. Aunque ya se puede visitar, organizaremos un acto de inauguración el lunes 5 de marzo, sobre las 18,30, con una charla que daré yo mismo, con el título de «El fenómeno esperanto, 125 años de una lengua diferente».

Nos vemos allí. Creo que merece la pena descubrir un idioma bastante desconocido, que lleva 125 años comunicando más de los que los medios convencionales quieren hacer creer.

Racismo en las películas antirracistas

Está decidido, ya hay una película de este año que no voy a ver, aunque le den el Óscar. Y eso que es una de las mayores candidatas, y le acaban de conceder varios premios, entre ellas el dedicado a la mejor película en los premios anuales del sindicato de actores estadounidense. Me estoy refiriendo a «Criadas y señoras» (en el original, «The Help»). Y es que no me gustan las películas hipócritas.

Si el póster de la película Criadas y Señoras dijese la verdad«Criadas y señoras» es el último caso de un fenómeno que ya denuncié hace algún tiempo, en mi otro blog en esperanto: el de las películas presuntamente progresistas, anti-racistas, que se traicionan a sí mismas focalizando su atención en protagonistas blancos, de forma que las que los buenos sentimientos mostrados se contradicen con el propio punto de vista del que parten. En este caso, la acción está focalizada en el Sur de los Estados Unidos, en la época de la segregación de los negros, pero la historia gira alrededor de la protagonista blanca. No me extraña que algunos negros la hayan criticado y que el póster de al lado haga burla del tema: me parece una vergüenza.

El problema es que, como digo, no es la primera vez que ocurre. Hollywood lo hace continuamente. Así que me voy a copiar a mí mismo, para mencionar algunos ejemplos.

Mi anterior texto lo escribí tras ver “Australia”, una película filmada cuando Nicole Kidman estaba en lo alto de su carrera, y que gozó de un enorme éxito de taquilla. En ese, la trama se plantea como una defensa de los aborígenes de las Generaciones Robadas, pero al final tal denuncia queda como un subproducto en una historia de amor de dos australianos blanquísimos.

No es un fenómeno aislado. Cuando Hollywood decide criticar el racismo contra los negros recurre a abogados blancos (“Matar a un ruiseñor”), a policías blancos (“Arde Mississippi”) o a periodistas blancos (“Grita libertad”).

Es el caso también de algunas de esas películas en las que los indios son los buenos, pero no tanto que puedan ser los protagonistas. Es más, al parecer ni siquiera pueden ser el amante del protagonista, como en el caso de “Bailando con lobos”, el filme más hipócrita de la historia, en el que Kevin Costner puede ser amigo de los pieles rojas, pero tiene que encontrar una india de origen rostro pálido para que se desarrolle la inevitable historia de amor.

Puede incluso ocurrir, como en “El año que vivimos peligrosamente”, que no sólo sean blancos los protagonistas, sino incluso el actor que representa al nativo del país.

Ello no obsta para que en ocasiones el filme pueda ser una obra maestra, cuando la calidad del director, o la complejidad de la historia lo permiten (y en mi opinión algunas de las citadas lo son).

Pero quien quiera observar la diferencia entre escoger uno u otro punto de vista, puede ver dos de las películas más famosas sobre la guerra de Argelia, “La tortura” (“La question”) y “La batalla de Argel”. Donde en la primera los protagonistas son los franceses buenos, en la segunda lo era el propio pueblo argelino. La primera era una película bienintencionada. La segunda es, aún hoy, una gran película.

Tras mi anterior texto, he visto varios casos más, algunos de ellos en un artículo de Cracked.com sobre prejuicios de Hollywood. Aunque se trata de una web humorística y a veces algo bestia, da en el clavo en este y otros habituales trucos de la industria cinematográfica: no sólo que debe haber blancos buenos para que las películas con conflictos raciales funcionen en la taquilla, sino que las mujeres fuertes tiene que morir a media película, o Julia Roberts no puede ligar con un negro aunque todo el desarrollo de la película lo requiera.

Ya sabemos que Hollywood tiene tanto poder que puede hacer lo que quiere. Pero que no nos haga pasar por progresivo lo que es puro mainstream.