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MEL en la Red

Ya tiene un par de meses, pero se me había olvidado comentarlo: el Liceo de Esperanto de Madrid (MEL) tiene página web, alojada en el sitio de la Federación Española de Esperanto. Aquí está: http://esperanto.es/mel.

Se pueden leer allí los boletines de la asociación, con el título «Nia Voĉo» (Nuestra Voz), que desde el mes de febrero redacto yo mismo. Si quieres recibirlo en tu buzón, escribe a niavocho (en) gmail.com.

¿Vuelve el antisemitismo?

NOTA: El siguiente texto es una versión de un artículo escrito originalmente en esperanto, y que apareció en el número de enero-febrero de la revista «Sennaciulo», órgano de la Asociación Mundial Anacional (SAT), en un dosier sobre «Tolerancia hasta qué grado». El original puede leerse aquí.

Siempre me han indignado las declaraciones de algunas autoridades (y ciudadanos) israelíes, que justifican las acciones racistas de su gobierno acusando de antisemitas a los que simplemente son antisionistas. Es claro que no se debe confundir antisionismo y antijudaísmo, y de hecho yo reivindico el derecho a declararse contra la existencia de un Estado Judío, y a la vez defender los derechos de los individuos judíos dondequiera que se encuentren. Pero últimamente observo un fenómeno preocupante, que la situación económica puede exacerbar: el aumento del antisemitismo.

Un observador ingenuo podría pensar que una crisis del capitalismo, causada por fenómenos de codicia y concentración que ya Marx describía en el Manifiesto Comunista hace más de 150 años, iba a producir una rebelión mundial contra un sistema podrido. Sin embargo, es muy posible, si la izquierda no se moviliza adecuadamente y deja de hacerle el juego a los poderosos, que el resultado sea similar al que ya se vio en los años 30 en circunstancias similares: la sustitución de la perspectiva de clase por la visión étnica, el refugio en las identidades grupales y la culpabilización de las minorías nacionales.

Lo estamos viendo ya en las manifestaciones contra inmigrantes, en el aumento de la xenofobia, en la focalización en materias nacionales en las elecciones, o en la perspectiva puramente nacional en las salidas a las especulaciones financieras. A los que nos interesa la historia, los paralelismos con los años 30 no pueden dejar de espantarnos (resulta tan evidente que cuando ya había escrito este texto, me lo comentaba mi  hija, que está estudiando este periodo ahora en la enseñanza media)

Antisemitismo sin judíos

Incluso estoy empezando a ver el incremento de un fenómeno típico de la anterior gran crisis que creí que esta vez no se iba a producir, el antisemitismo. Al fin y al cabo, antes era fácil ver una minoría en las cercanías. Ahora, tras la creación del Estado de Israel y la masiva emigración de judíos a esas tierras, la gran mayoría de ciudadanos de Europa y América apenas tienen ocasión de relacionarse personalmente con un individuo identificable como hebreo.

No obstante, el judío como abstracción parece que sigue estando disponible. No quiero centrarme en escándalos recientes, quizás algo sobrevalorados. Pero lo he vivido en algunos comentarios de personas cercanas, inteligentes, para los que las múltiples teorías de la conspiración judía siguen siendo razonables. Incluso entre ciertos medios de la izquierda, la solidaridad con la causa palestina se ha aliado con las teorías conspiranoicas para hacer aceptable un salto adicional: la culpabilización de los hebreos como tales, no sólo de un Estado especial.

Quien se va a beneficiar de ello, sin embargo, es la extrema derecha. Lo voy a ilustrar con un ejemplo real de Estados Unidos, donde la rabia contra la situación económica ha sido capitalizada por un movimiento populista, el “Tea Party”, que prefiere echar la culpa a las minorías y los extranjeros. Hace unos días, uno de los gurús del movimiento, el presentador Glenn Beck, desarrolló una serie de ataques contra una sola persona, a quien acusó de estar detrás de todos los problemas del país, como “maestro de marionetas”: George Soros. Soros es bien conocido, y a él he dedicado algunos textos en esta web. Hay que reconocer que es un blanco fácil para este tipo de populismos: rico, especulador, extranjero, universalista, liberal… y judío.

Así que el ataque contra él puede recurrir a todo tipo de culpabilizaciones, sin necesidad siquiera de que esta última circunstancia aparezca de forma explícita, aunque de alguna manera se sobreentienda. Beck incluso pudo recurrir al hecho de que el padre de Soros hablaba esperanto (aunque él en su ignorancia designó a este idioma como “esperanza”) para transmitir la idea de un complot universalista (es decir, extranjero) contra los buenos patriotas norteamericanos.

George SorosNo soy yo quien va a defender a Soros (como diría Jon Stewart “please don’t make it so awful that I feel the need to defend a vaguely creepy hedge fund billionaire like George Soros”), pero su uso como chivo expiatorio es claramente una táctica para divertir la culpabilidad de un sistema podrido, y de personas mucho más poderosas, menos visibles. Es decir, lo que ya se hizo en los años 30 con los judíos.

En Beck y en otros miembros de la extrema derecha estadounidense se da una curiosa circunstancia, que creo que también se está empezando a dar en otros países: el antisemitismo y el pro-sionismo. Es decir, se puede apoyar al Estado de Israel, como punta de lanza de los valores “occidentales” en Próximo Oriente, y como ayuda en la lucha contra los árabes, además de como lugar para desembarazarse de los judíos propios, mientras a la vez se combate a los judíos como abstracción. Si además ello sirve para favorecer algunas ideas milenaristas, que ven la concentración de judíos en Tierra Santa como un paso para la conversión general y el Juicio Final, como no es extraño en ciertos medios evangélicos de Estados Unidos, mucho mejor. En ese sentido, Soros es de nuevo el blanco perfecto, como judío y antisionista.

Sionismo y judaísmo

Creo, como decía al comienzo, que es posible ser antisionista, sin que ello signifique ninguna animosidad a los judíos. Es más, opino que Israel es la mayor desgracia que le ha ocurrido a la cultura judía. Si ésta se caracterizaba por su variedad, por su combinación entre una aspiración universal y su interacción con las culturas locales entre las que vivía, la homogeneización a la que siempre tienden los estados ha acabado con estos rasgos únicos. Buena muestra es que prácticamente han muerto todos los lenguajes judíos (yidis, sefardí y tantos otros), a favor de uno recreado, el neohebreo. Not the enemy, de Rachel ShabiComo ha contado la periodista Rachel Shabi en un reciente libro, “Not the enemy”, la presión de la élite de origen europeo en Israel está causando que poco a poco desaparezca todo lo relacionado con la cultura de los judíos procedentes de países de mayoría islámica, los que en ocasiones se llaman sefardíes en un sentido amplio, aunque la mayoría no procedan de la Península Ibérica ni hablen judeoespañol, y por tanto es más exacto el nombre de mizrahis o mizrají. Es este un tema del que apenas se sabe nada en España, a pesar de la histórica relación con los sefardíes (etimológicamente, los ibéricos), ni siquiera entre los más apasionados seguidores del conflicto en Palestina.

Ya hace algún tiempo, hablando sobre el Holocausto y las memorias personales sobre este tema, hice notar la relativa escasez de libros en castellano sobre el mundo judío, en comparación con otras lenguas. No es de extrañar por tanto la frecuente ignorancia sobre aspectos básicos. En conversaciones sobre el Holocausto, me he encontrado a menudo que los españoles ignoramos la amplitud de la población judía en Europa y la variedad de su situación social. La existencia de una amplia área geográfica (en las actuales Polonia, Lituania, Bielorrusia o Ucrania) donde los judíos eran una minoría étnica más, mayoritaria en ciertas ciudades y regiones, con una identidad importante y un idioma común, es algo que los esperantistas sabemos casi como un dato evidente, porque constituye una parte básica del contexto histórico donde nació el esperanto y su iniciador, el doctor Zamenhof, pero es algo totalmente ignorado en los ámbitos intelectuales generales en España.

Esta confusión entre religión y nacionalidad judía, de todas formas, es algo suficientemente complicado, que daría para todo un artículo en sí mismo. En parte es una evolución histórica lógica, explicable dentro de las teorías del nacionalismo más clásicas, causada o aprovechada por los propios sionistas, que no han dudado en emplear una identidad previa para favorecer algo que no tenía por qué ser obvio: la creación de un estado uninacional en un territorio ajeno a la tradición más cercana de los judíos reales. Hay un libro enormemente interesante, y muy controvertido, “Cómo fue inventado el pueblo judío”, de Shlomo Sand, desgraciadamente de nuevo inaccesible en castellano, que explica muy bien el proceso, y que recomiendo a cualquiera que esté interesado en el tema (aquí puede leerse un resumen).

Las teorías clásicas del nacionalismo tenían un importante escollo: la existencia de los judíos en Europa. Cuando uno lee textos clásicos, por ejemplo de los autores marxistas de principios del siglo XX, como Stalin, Rosa Luxemburgo o Kautsky, da la impresión de que éste era el aspecto que más dificultaba los debates. Es más, la discusión sobre qué era una etnia giraban a veces en torno a esta noción, hasta el punto de que siempre he sospechado que la insistencia de Stalin (que era el ideólogo de los bolcheviques sobre la cuestión nacional incluso antes de alcanzar el poder) en la necesidad de que existiera un territorio como elemento conformador de la nacionalidad se debía más a su conocido antisemitismo que a una profunda elaboración teórica, mientras que las posiciones de Rosa Luxemburgo no podían obviar su propia condición de judía.

El propio Zamenhof fue también muy consciente del problema judío, y en su primera juventud fue incluso un defensor de la nacionalidad judía y un pionero del sionismo, incluso antes de Herzl. Pronto vio que no era ésa la solución, que un hogar judío en Palestina causaría inevitablemente enfrentamientos con la población local, y prefirió una vía muy distinta: el universalismo y la batalla contra las animosidades étnicas, hasta el punto de crear un idioma neutral y de buscar algún tipo de religión humanista. Sus escritos son aún hoy un prodigio de clarividencia.

El sionismo ha sido el último triunfo resonante del nacionalismo estatalista. El que ha conseguido ligar una nacionalidad a un territorio, incluso cuando esa nacionalidad no disponía de ninguno, y el territorio ya estaba ocupado por otros. Algunos pensamos todavía que no tiene por qué ser así. Que es posible evitar el carácter nacional de los estados. Que el sionismo no tiene sentido, y a la vez alimenta el antisemitismo. Un peligro sobre el que, más que nunca, hay que estar siempre vigilante, y que no necesita apenas nada para volver a florecer.

El esperanto es

Es demasiado pronto para rendirse y rechazar la idea que suele llamarse en esperanto «finvenkismo» (la creencia de que el esperanto podría convertirse en la segunda lengua para todos), escribía hace unos días el esperantista estadounidense Steven Brewer en la revista en red Libera Folio, con el título «Esperanto estas». Con este titular (literalmente «El esperanto es»), quería llamar la atención sobre el hecho de que dicha lengua no es sólo un fenómeno histórico o un proyecto fracasado, tal como las informaciones de los medios de comunicación pueden dar a entender, sino una realidad existente de la que merece la pena hablar en tiempo presente y futuro. El inglés es el idioma más importante en el mundo de hoy, pero eso no quiere decir que siempre lo vaya a ser, afirmaba. Lo he traducido al castellano, porque estoy completamente de acuerdo con él.

Con demasiada frecuencia, cuando un artículo sobre el esperanto aparece en los medios de comunicación mayoritarios, comienza diciendo que «el esperanto era» o «el esperanto podría haber sido.» El esperanto se describe más bien como un fenómeno histórico: «un forastero creó el esperanto hace mucho tiempo, y el idioma nunca se mantuvo a la altura de sus promesas, y fracasó». Apenas se menciona el esperanto tal como es hoy, es decir, como una comunidad real de hablantes.

Si es que alguna vez se menciona a los hablantes de esperanto, se les describe como bichos raros aislados, que aprendieron esperanto para revivir el pasado. También se omite el futuro del esperanto: no se menciona la idea de que la comunidad esperantista seguirá desarrollándose y perviviendo en el futuro. Merece la pena corregir ambas omisiones, porque el esperanto es hoy más fuerte que nunca – y el futuro es más brillante de lo que muchos imaginan.

El esperanto es fuerte. A pesar de que apenas dispone de fuerza organizativa, el idioma en sí mismo tiene más éxito que nunca. Casi cien mil personas se han inscrito en el curso en línea lernu.net (desde 2004) y varios miles visitan el sitio cada semana. El esperanto era antes un fenómeno con fuerza sólo en unos pocos países desarrollados. Ahora se puede acceder directamente a la comunidad esperantista desde todos los países del mundo.

Hace unas semanas, yo mismo sugería que «el problema lingüístico» no está actualmente entre las ideas de moda de nuestro tiempo. A unas pocas personas les gustaría declarar la muerte del «finvenkismo» por completo. En palabras de uno de sus oponentes, el escritor Giorgio Silfer, «el Finvenkismo está en su ocaso y no conocerá otro día». En mi opinión, se ha precipitado al escribir el obituario del esperanto como lengua internacional mundial.

En la revista «Newsweek» se predijo recientemente la continuación del dominio del inglés como el idioma común de la humanidad, con el argumento de que «los chinos no le harán aprender chino». Pero tampoco los Estados Unidos obligaron a la gente a aprender inglés. Y siguen sin hacerlo. Las personas que aprenden inglés deciden hacerlo porque ello les proporciona alguna ventaja.

Un nuevo libro de Nicholas Ostler, «La última lingua franca», trata sobre el futuro del inglés. Desde hace muchos años, se predice que el inglés acabaría con otros idiomas. Ostler constata que, aunque muchas personas están aprendiendo inglés como segunda lengua, son pocos los que lo aprenden en lugar de su lengua materna. Además, según Ostler, dado que no está reemplazando a las lenguas nativas, el inglés seguirá siendo una segunda lengua y no va a disminuir la diversidad lingüística.

El inglés es actualmente la lengua más importante en muchos sentidos. Es el lenguaje de la ciencia y de los negocios y, lo más importante, el idioma de los Estados Unidos – la única superpotencia mundial. Pero en una época en la que otros países están alzándose (principalmente Brasil, Rusia, India y China – los llamados BRIC) – y los EE.UU. caen a la condición de «uno entre varios» – también otros idiomas van a hacerse más importantes.

Mientras el inglés siga siendo un segundo idioma, y no sustituya a las lenguas nativas de otros países, cada nueva generación deberá elegir si lo desea aprender o no. Y en cada país se puede elegir si aprender portugués o chino o ruso – o cualquier otro idioma – si ello tiene más sentido en ese momento y lugar.

En la actualidad, las cuestiones relacionadas con las lenguas no parecen estar de moda. Pero dentro de diez años – o veinte – eso puede cambiar. En algún momento, la gente puede darse cuenta de que el inglés no será siempre el idioma más importante y de nuevo se planteará la cuestión de si el esperanto no podía servir como tal. La bandera del «finvenkismo» está ahora en una posición baja, pero ello no quiere decir que haya que tirarla a la basura. Muchísimos asuntos son como un péndulo, oscilando de un extremo a otro.

Así que, ¿cuál es el futuro del esperanto? ¿Podrá ser alguna vez la segunda lengua para todos? No hay forma de adivinarlo. En el mundo de hoy, el suelo no es fértil para las semillas del esperantismo. Al mismo tiempo, el esperanto existe y persistirá – y debemos asegurarnos de que nadie lo olvide.

Steven Brewer

Texto original: http://www.liberafolio.org/2011/esperanto-estas
Versión en inglés: http://www.esperanto-usa.org/en/content/esperanto-0

España en la Wikipedia… en esperanto

Durante estas últimas semanas se ha hablado mucho sobre la Wikipedia en los medios de comunicación, no sólo por la campaña, un poco excesiva, para solicitar fondos para mantenerla, sino sobre todo por el décimo aniversario de su nacimiento, en su versión en inglés. Poco a poco iremos celebrando este mismo aniversario en el resto de los muchos idiomas en los que es accesible esta enciclopedia en red.

Una de las primeras versiones que se crearon fue la Wikipedia en el idioma internacional esperanto, de la que ya he hablado aquí en otras ocasiones. El décimo aniversario se celebrará con un encuentro internacional de wikipedistas en la República Checa a finales de octubre, pero ya en estos días se está recordando el nacimiento de esta versión mediante diversos artículos en la Red. Entre las curiosidades que ha trascendido está, por ejemplo, que la Wikipedia en checo fue creada por un esperantista y a partir de las plantillas desarrolladas para esta lengua, que por ejemplo tuvieron en cuenta la necesidad de letras especiales, algo que en las primeras versiones no siempre estuvo bien solucionado al comienzo.

Wikipedia en esperantoLa Wikipedia en esperanto alcanzará dentro de unos meses los 150.000 artículos. No es que sea un criterio absoluto, ya que ello apenas dice nada sobre la calidad de la enciclopedia, pero es un indicador de que se trata ya de una publicación de cierto peso. Hay que recalcar que, salvo en el caso de las versiones inglesa y alemana, en las que el nivel crítico ya se ha alcanzado, en el resto de wikis, incluida la española, se trata más bien de una enciclopedia en proceso, en la que junto a artículos muy completos hay otros que apenas son esbozos, y hay todavía un gran desequilibrio en el tratamiento de los temas que una publicación definitiva debería contener.

Por poner un ejemplo, hay en la wikipedia en esperanto muy buenos artículos relacionados con España, debido a la activa participación de wikipedistas ubicados en este país, mientras que los relacionados con otras naciones hispanoamericanas dejan algo más que desar.

Pues bien, durante estos días el artículo sobre España está destacado como artículo de la semana. Es una costumbre que tienen algunas otras versiones, por medio de la cual se modifica la portada de la wikipedia, mostrando en lugar destacado un artículo que por su calidad merece la pena ser puesto de relieve. El artículo sobre Hispanio es realmente muy completo, y seguro que está sirviendo para dar una buena introducción sobre la historia y la situación presente de España en todas sus facetas, para la amplia comunidad de esperantistas, dispersos por todo el mundo.

De nuevo, un buen puente cultural. Bueno, dos: el esperanto y la wikipedia.

Sin traducción en el Senado

Gran escándalo se ha producido por el uso de las lenguas cooficiales en el Senado. ¡Imperdonable despilfarro en épocas de crisis! El debate ha dividido a quienes están a favor de la visibilidad de las lenguas minoritarias, frente a quienes lo ven innecesario y caro.

No voy a entrar a fondo en algo ya tan debatido por otras personas. Pero me permito presentar un compromiso, a la vez original y razonable: que se usen todas las lenguas españolas pero no se traduzcan.

¿De verdad un senador no es capaz de entender el gallego o el catalán sin un traductor (el caso del vasco lo dejo para luego)? Una Cámara diseñada para representar la pluralidad de España debe mostrarla en su seno, pero es que también sus integrantes deberían ser conscientes y representantes de esta diversidad.

Además, creo que no es difícil. Se ha hecho casi habitual no traducir ni subtitular las declaraciones que se muestran en gallego en la televisión, y casi todos los hispanohablantes son capaces de entenderlas sin grandes dificultades. El caso del catalán no es muy diferente, y conozco a algún gallego que se ofende de que no se subtitule su lengua pero sí el catalán. En cualquier caso, incluso aunque no sea inmediato para todo el mundo, los senadores podrían hacer un esfuerzo, y además nos evitamos las polémicas sobre el caso del valenciano o el balear. Ojo: no estoy hablando de aprender a hablar o escribir la lengua, sino de entenderla. Es decir, sugiero un bilingüismo pasivo.

Si hace falta, creo que nadie se opondría a que se impartieran clases para los senadores nuevos al principio de la legislatura. Sólo en casos excepcionales podría recurrirse a los traductores, o incluso, dado que actualmente casi todos los discursos suelen ser leídos, a la entrega previa de una traducción escrita, lo cual por otra parte sería inevitable en la práctica en el caso del eusquera.

Ello evitaría la mayor parte de los gastos que tanto parecen importar en estos tiempos (aunque si se recurriera a la medida de los famileuros que proponía en un anterior artículo se observaría que estamos hablando de cantidades de unos familicéntimos, muy inferiores a lo que se gasta en otros proyectos mucho menos importantes). Además, el mismo método podría emplearse en el resto de encuentros informales, en comisiones, pasillos o cafeterías, que también se han mencionado en otras reacciones.

Pero sobre todo sentaría un importante ejemplo para otros encuentros que se plantean en la convivencia cotidiana en España. Seguramente ganaría la normalización si viéramos que nuestros representantes son capaces de hacerlo. La mayoría de españoles medianamente cultos podrían llegar fácilmente a alcanzar un nivel suficiente para niveles medios de comprensión.

Además, creo que este procedimiento se podría generalizar. No sólo al resto de ciudadanos, sino a otras lenguas.

Entender las lenguas romances

De hecho, a pesar de que he aprovechado esta circunstancia particular del debate en el Senado, se trata de una propuesta que me ronda desde hace algún tiempo, y al que ya hace tiempo tenía previsto dedicar algún artículo, tras diversos contactos con italianos y hablantes de portugués. Y es que con carácter general debería ser innecesario traducir entre la mayoría de las lenguas romances. Desde luego, más absurdo aún es emplear una lengua de relación perteneciente a una familia separada, como el inglés, algo que he experimentado y he visto hacer a menudo a turistas españoles en Italia.

En realidad, la mayoría de las lenguas romances se parecen lo suficiente como para que, con un pequeño entrenamiento, casi cualquier persona pueda entender a un hablante de otra de estas lenguas. Insisto: no digo hablar el idioma, lo cual es evidentemente más difícil, sino entenderlo. Es decir, practicar el bilingüismo pasivo al que hacía referencia anteriormente.

Sé que tampoco es inmediato, y por eso hablo de entrenamiento, aunque mejor tendría que decir educación. Los gobiernos de países latinos deberían promover la enseñanza del resto de lenguas de la misma familia. Podría incluso sustituirse las lecciones de latín de la enseñanza media, que no tienen ningún sentido tal como hoy en día se promueven, y sustituirlas o complementarlas con una asignatura de lenguas latinas, más amplia y más general. Esta asignatura, coordinada en los distintos países, podría ayudar a alcanzar ese conocimiento pasivo de algunos de los idiomas más cercanos. Soy consciente de que en el caso de los hispanoparlantes ello no es fácil para conocer el francés o el rumano, pero al menos podría alcanzarse un nivel medio, mientras que entender italiano, portugués, y, desde luego, catalán o gallego, no presentaría ninguna dificultad.

Sugiero además que los acuerdos sean multilaterales y regionales. No sería difícil que los gobiernos latinos europeos se pusieran de acuerdo. También en el caso de Latinoamérica, aunque quizás con algunos matices diferentes (por ejemplo, insistiendo más en el español y el portugués). Un acuerdo más general corre el riesgo de quedarse en simbólico, como ocurre en el caso de la casi inoperante Unión Latina.

Se podría incluso incluir al esperanto, que en muchos aspectos es casi una lengua romance. De todos modos, en este caso no hay problema, ya que aquí el idioma se puede aprender de forma activa con la misma facilidad. Pero eso da para otro texto 😉

A Microsoft no le gustan los sistemas abiertos

El título de este artículo es lógicamente una obviedad, al menos en lo que respecta a los programas, los lenguajes operativos e incluso los códecs. Pero es que a Microsoft no le gustan ni siquiera los idiomas abiertos.

El contexto de mi comentario es su reacción al anuncio por parte de Google de que esta compañía va a cesar en su soporte al códec de vídeo mayoritario actualmente, el H.264, que está sometido parcialmente a patentes, para dar prioridad a un estándar abierto, el WebM. El movimiento ha sido muy polémico, con apoyo por parte de la mayoría de quienes favorecen estándares no propietarios, y críticas por quienes ven segundas intenciones por parte del buscador.

Una de las críticas más mordaces ha venido de parte de Microsoft, uno de los miembros del consorcio que favorecía el H.264. En un mensaje en el blog corporativo, Tim Sneath, que se presenta como “Senior Director of Windows and Web Evangelism” en Microsoft, ha escrito una especie de comunicado paródico, en el que haciéndose pasar por el “Presidente de los Estados Unidos de Google”, hace un llamamiento a sustituir el idioma inglés (cuya mención enlaza al artículo de la Wikipedia sobre el H.264), por el idioma internacional esperanto (enlazado a la página oficial del proyecto WebM) o incluso al klingon (asimilado a otro proyecto, Theora). esperanto y WebMSe incluyen varias comparaciones entre el estándar abierto y el esperanto, que se ve descrito como una utopía fracasada, y contra el que se hacen diversas consideraciones despreciativas (y en la mayor parte de los casos inexactas, como que fue creado el siglo pasado, carece de contexto cultural, tiene dialectos o es hablado por diez mil personas). Incluso se ilustra el artículo con la bandera del esperanto, con una leyenda que, paradójicamente, está escrita en latín macarrónico.

El artículo ha recibido mucha difusión en medios especializados. Los expertos que me lean podrán encontrar referencias en inglés en numerosos foros, y también en sitios más generalistas como Twitter. Hay amplias alusiones en páginas como Engadget, Cnet, Geek.com y otras webs especializadas.

Evidentemente, el artículo emplea el esperanto sólo como un recurso retórico, y no analiza la lengua como tal. Pero hay un fondo de verdad en la comparación, y no está mal que Microsoft lo reconozca. De hecho, esta paradoja se percibe mejor en los foros en otras lenguas (apenas he encontrado discusión sobre el tema en español, curiosamente). Por ejemplo, me comentan algunos compañeros que hay una viva discusión en el más importante foro ruso Habrahabr.ru, donde, por cierto, casi todas las opiniones son favorables al esperanto (un ejemplo: “Uf, y pensar que por un momento creí que era verdad. Y pensé, al diablo el inglés, voy a aprender esperanto y trabajaré en Google. Y me decepcioné cuando comprendí que se trataba de una parodia”)

Hay quien ha criticado el artículo en los comentarios del propio blog, diciendo que el inglés es gratuito, mientras que el códec actual no lo es. Sin embargo, cualquiera sabe que aunque a nadie le cobran por emplear el inglés, su aprendizaje cuesta un esfuerzo y un dinero que los nativos no tienen que invertir. En ese sentido, el esperanto es un medio abierto, y cualquier movimiento hacia el uso de programas o sistemas gratuitos puede ser comparado adecuadamente con la promoción y uso del esperanto. No es de extrañar en este sentido la gran cantidad de usuarios de sistemas como el Linux entre los esperantistas, y de que la comparación del esperanto como el Linux de los idiomas sea casi un lugar común. Incluso, como me apunta un amigo, el principal inconveniente que tiene el esperanto, y que dificulta su adopción como idioma internacional general, es el mismo que podría encontrar el WebM, y tantos otros sistemas abiertos: que su papel está en parte ocupado por un sistema propietario (en el caso lingüístico, el inglés), en ocasiones con malas artes, tal como es costumbre entre otros en el caso de Microsoft, por lo que el coste de transición a un sistema nuevo, aunque sea infinitamente mejor y más justo, se ve dificultado por ese “efecto red”.

Microsoft no sólo es enemigo de los sistemas abiertos. Es, desde siempre, un enemigo del esperanto. Ningún programa ni servicio soporta esta lengua. En Word puedo identificar este texto como escrito en veintiuna variedades de español, tres de quechua o dos de bereber, pero no puedo decir que está escrito en esperanto. Ni Windows ni Bing contemplan el esperanto en ningún lugar.

Por el contrario, Google, con todos sus defectos, ha sido siempre más favorable o simplemente más respetuoso con lenguas como el esperanto. El buscador y varios de sus servicios son configurables en esperanto. Aún no es posible emplear el traductor automático, pero ello se debe sin duda al método empleado, que requere un amplio corpus de textos bilingües, del que aún no se dispone en la red en cantidades suficientes, pero sí es posible identificar el esperanto en el Google Translation Toolkit. Y, lo más destacado en los últimos tiempos, Google incluyó un homenaje en su página de inicio al iniciador del esperanto, el Dr. Zamenhof, en el 150 aniversario de su nacimiento, con amplias consecuencias informativas .

En anteriores ocasiones he mostrado cierto cuidado en no apoyar necesariamente a estas grandes empresas de la red, sólo porque promuevan el multilingüismo. Pero en el caso de Microsoft, es que ni se molestan en disimular.

Cristo contra la familia

Empecemos por una confesión: dos o tres veces por semana escucho las emisiones de Radio Vaticana. Creo que es bueno leer o escuchar las opiniones de quien no piensa como tú, sobre todo si se expresan con claridad y respeto, y prefiero conocer el original que las distorsiones de extremistas y talibanes como la emisora episcopal española, que además pago con mis impuestos. También, todo hay que decirlo, porque lo escucho en esperanto, una lengua que parece hacer el milagro de unir a las personas por encima no sólo de fronteras, sino a veces hasta de ideologías.

Radio Vaticana me aporta a veces también la necesaria dosis de indignación. Especialmente cuando asoma, tan a menudo, la hipocresía. Cuando se muestran como si fuesen los únicos o mayores defensores de causas a las que han llegado tarde, o que contradicen continuamente en su actividad cotidiana. Cuando parece que son los máximos defensores de la tolerancia (¡incluso de la religiosa!), de la abolición de la pena de muerte (ellos, que la tenían hasta hace nada en el Catecismo y tan poco hicieron por combatirla en el franquismo o en las dictaduras latinoamericanas), de la limpieza financiera (¿recordamos la Banca Vaticana?) o de la conducta moral en relación con el sexo (en fin…)

Manifestación católica por la familiaPero donde más me indigna la posición de la Iglesia Católica es cuando se erigen en máximos defensores de la familia. Que unos señores célibes organicen, como está ocurriendo en estos mismos momentos en Madrid, una manifestación a favor de algo que no practican, es algo que sólo puede ocurrir en un mundo surrealista. Mientras los demás estamos atendiendo a nuestros hijos, ellos dedican el tiempo a masturbaciones mentales como esa perla con la que nos obsequió hace unos días un obispo: «El ministro de la familia en el gobierno del Papa, el cardenal Antonelli,  me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual.»

Está claro: no saben en qué consiste una familia de verdad, se trata de ideología en estado puro, no basada en una experiencia real. Pero estos días he entendido el verdadero origen de esta ideología anti-familiar de la Iglesia Católica. No es que en su vivir cotidiano se hayan apartado de las enseñanzas de Cristo, sino que lo siguen al pie de la letra. Y es que Jesucristo era contrario a la familia.

La familia en el Evangelio

Si no lo crees, compruébalo tú mismo. Lee la Biblia. No necesariamente el Antiguo Testamento, esa colección de mitos de unos pastores semitas, donde la poligamia o el repudio se defienden sin complejos, sino la fuente que nos dicen que es el fundamento de la religión cristiana: los Evangelios. Yo lo estoy haciendo estos días, entre otras cosas para ver cómo se describía la Navidad en el texto original (ver nota abajo)

Y la mayor sorpresa que me he encontrado es el tratamiento de la familia. Veamos el libro más detallado, el evangelio de Lucas. Sin entrar en demasiadas consideraciones sobre la generación y el nacimiento, tanto de Juan Bautista como del mismo Jesús, que a mí me parecen disfuncionales, pero que supongo que tienen un interés simbólico y teológico, veamos el resto de apariciones de la familia:

Lucas 2:49 Jesús reprocha a sus padres que le busquen cuando está en el Templo. “Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es preciso que me ocupe de las cosas de mi Padre?” (de Dios, obviamente, no del otro)

Lucas 8:19-21 Vino su madre con sus hermanos (por cierto, cuando se lee el original es obvio que se habla de hermanos de verdad, no de otros parientes, como tan empeñada está la Iglesia en convencernos) y no lograron acercarse a él a causa de la muchedumbre, «y le comunicaron: Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y desean verte. Jesús respondió: Mi madre y mis hermanos son éstos, los que oyen la palabra de Dios y la ponen por obra» Y se pasa a otro episodio: en ningún caso Jesús toma ningún interés en recibirles.

Lucas 11:27-28 «Mientras decía estas cosas, levantó la voz una mujer de entre la muchedumbre, y dijo: ¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que mamaste! Pero él dijo: Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»

Lucas 9:59-62 No sólo es interesante que todos sus discípulos abandonan a su familia para seguirlo (hay menciones a que algunos están casados), sino que Jesús pide explícitamente que se pierda el contacto con la familia, como en cualquier secta destructiva. «A otro le dijo: Sígueme, y respondió: Señor, déjame ir primero a sepultar a mi padre. Él le contestó: Deja a los muertos sepultar a sus muertos; y tú vete a anunciar el Reino de Dios. Otro le dijo: Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa. Jesús le dijo: Nadie que después de haber puesto la mano en el arado mire hacia atrás es apto para el Reino de Dios.»

Más explícito aún es Lucas 14:26 «Si alguno viene a mí y no aborrece a su padre, a su madre, a su mujer, a sus hijos, a sus hermanos, a sus hermanas y aun su propia vida, no puede ser mi discípulo», Lucas 18:29-30 « En verdad os digo que ninguno que haya dejado casa, mujer, hermanos, padres o hijos por amor al reino de Dios, dejará de recibir mucho más en este mundo y la vida eterna en el mundo venidero» o Lucas 21:16 «Seréis entregados por los padres, por los hermanos, por los parientes y por los amigos, y harán morir a muchos de vosotros»

Lucas 12:51-53 «¿Pensáis que he venido a traer paz a la tierra? Os digo que no, sino la disensión. Porque en adelante estarán en una casa cinco y estarán divididos; tres contra dos, y dos contra tres; se dividirán el padre contra el hijo y el hijo contra el padre; la madre contra la hija y la hija contra la madre; la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra.»

Lucas 20:35 En la vida eterna no habrá maridos y mujeres, cuestión, por cierto, que los católicos suelen ignorar.

Y ya no hay más alusiones a la familia concreta (sí en las predicaciones, pero, nunca mejor dicho, una cosa es predicar y otra dar trigo). Aunque en el evangelio de Juan, una de las personas que están al pie de la cruz (aunque no en la resurrección) es la madre de Jesús, ésta no aparece en los otros evangelios, en una más de las muchas contradicciones de unos escritos teóricamente inspirados por Dios.

En fin, cada uno que entienda lo que quiera, aunque ya sé que la Iglesia católica no es muy partidaria de que cada uno lea la Biblia, y conozca de verdad lo que decía su presunto fundador. Como ya dije otra vez, al hablar de la concepción de María, y de como casi todo el mundo desconoce lo que de verdad significa esa doctrina, la jerarquía religiosa prefiere que no conozcamos lo que en teoría deberíamos creer.

Pero mi conclusión es clara: en este caso los sacerdotes y obispos son coherentes en sus acciones, aunque no lo sean en sus palabras. El Cristo de los evangelios estaba en contra de la familia. Al menos de la suya. Como cualquier líder de una secta.

Postdata: Para el que esté interesado en la versión original de la Navidad, el nacimiento de Jesús sólo se menciona en dos de los evangelios, y con dos cuentos tan diferentes y contradictorios, que la Iglesia se vio obligada a crear algo intermedio para nuestro entretenimiento. En Mateo, la familia vivía en Belén, llegaron los Magos, hubo una matanza de Inocentes, huyeron a Egipto, y luego se fueron a Nazaret porque Belén no era segura. En Lucas la familia vivía en Nazaret, María visitó a Isabel y regresó a su casa, fueron a Belén por el censo, se alojaron en la cuadra, les adoraron los pastores, le circuncidaron y presentaron en el templo y luego se volvieron a Nazaret. En fin, un completo cuento, creado para intentar encajar con antiguas profecías o para mostrarle como superador de Juan Bautista, sin duda más famoso en aquel tiempo. En este caso, mejor que nos lo cuenten ya preparado, que, si no, se nos quita la ilusión.

En las redes y en las sedes

El año pasado por estas fechas la página principal de Google estaba adornada con una bandera verde, símbolo internacional del esperanto. Era la forma en que esta compañía homenajeaba el 150 aniversario del nacimiento del Dr. Zamenhof, el creador de esta lengua internacional. No era previsible que este hecho se repitiera este año, pero aún así los esperantistas continuamos celebrando, como cada año, nuestro día, tanto en el mundo real como en el virtual.

gráfica de tendencias de TwitterEn Internet, si en otras ocasiones nos habíamos fijado en los blogs, este año el protagonismo se encuentra en las redes sociales. Un ejemplo es el caso de Twitter, donde se ha notado en lo que va de día un notable incremento de la aparición de la palabra clave #esperanto en las webs que recogen las tendencias en este servicio (ver el gráfico tomado esta mañana). No son cifras que compitan con Scarlett Johansson, pero es muy apreciable el esfuerzo de los tuiteros esperantistas, un grupo más numeroso de lo que observadores superficiales podrían suponer, y donde tenemos hasta un curso del idioma, como ya comenté en otro momento.

Estas celebraciones no disminuyen el interés de la más tradicional: la reunión de los esperantistas, para hablar y celebrar la cultura propia. En Madrid adelantamos la celebración a este pasado fin de semana, y organizamos una serie de actividades creo que muy interesantes (digo que creo, porque fui el coordinador del programa, así que espero que resultara así también para los asistentes). Charlas, cantos, proyección de películas, declamación de poemas, presentación de libros, y, por supuesto, gastronomía, fueron los contenidos de esta “Zamenhof-Tago”. Alguna foto la puedes ver por aquí.

En las redes y en las sedes, un buen ejemplo de lo que el esperanto es aún hoy.

ACTUALIZACIÓN: Más fotos en Ipernity. Pero quizás lo más interesante para no esperantistas es esta versión en esperanto de un villancico gallego, «O voso galo, comadre» que se puede ver al final de mi blog en esperanto.

Cuentas y cuentos (2)

Cuando escribí la entrada anterior, sobre la importancia de no quedarse con los números desnudos cuando se publican estadísticas en la prensa, pensé en incluir como ejemplo las conclusiones, a mi entender erróneas o pocos significativas, que suelen sacarse todos los años cuando se publica el informe sobre educación en los países de la OCDE, el llamado Informe PISA. No lo hice en ese momento, porque el texto me estaba quedando algo largo (como de costumbre), pero no puedo dejar de hacerlo ahora, cuando se acaba de publicar el informe correspondiente al año 2009, porque me ratifico en la idea que entonces exponía.

No he tenido tiempo aún de leer el Informe completo (pueden encontrarse aquí los resúmenes en su versión original y aquí en castellano la parte referida a España), y no voy a comentarlo aquí en profundidad, porque no soy especialista ni en estadística ni en educación, pero no quiero dejar de hacer un par de observaciones sobre la recepción que hemos tenido ocasión de leer de nuevo en los medios de comunicación españoles y en las reacciones de los políticos y opinadores, que se han lanzado a sacar conclusiones definitivas basándose en cuatro o cinco cifras.

gráfica de comprensión lectora del informe PISAMi tesis es que los números, tal como se están reportando, sin mayor contexto, son muy poco significativos. Algunos se están tirando de los pelos sobre la calidad de la enseñanza en España, por unas diferencias de décimas con respecto a otros países del mismo entorno, cuando las diferencias que se han obtenido dentro del país, entre unas regiones y otras, son incluso mayores, lo cual a mí me lleva a la conclusión de que los intervalos de dispersión de las medidas cubren de sobra gran parte de las diferencias dadas a conocer en los medios (salvo algunas excepciones realmente significativas).

El organismo responsable, la OCDE, hace mucho hincapié en que las diferencias no se deben a los niveles económicos, pero me permito desconfiar de que no se trate de una insistencia sospechosa, bien sea por los intereses de la propia organización o por prejuicios (wishful thinking). Aunque coincido en que los niveles socioeconómicos y el nivel educativo no lo son todo, parece demasiada coincidencia que en general los países menos desarrollados estén más abajo en la tabla, y que en España las notas medias sigan en general las pautas del nivel de renta de cada comunidad autónoma. Es asimismo obvio que aspectos culturales y de motivación también tienen que ver con el resultado total, y lo prueban ejemplos como los de Corea por un lado, y Baleares por otro (en este caso en un sentido negativo, quizás explicable por la poca motivación que durante mucho tiempo han tenido los muchachos que veían más oportunidades laborales en una carrera rápida en el sector turístico). Pero, desde luego, no creo que ningún gobierno regional tenga derecho a hinchar el pecho, como algunos han hecho, por resultados en los que es verdaderamente difícil que ellos hayan tenido un efecto significativo.

Alguno podrá decir que cómo desconfío de las conclusiones que la OCDE ha publicado. Bueno, lejos de mí enmendar la plana a gente que sabe más que yo, pero permitidme que mantenga un cierto escepticismo cuando la primera conclusión de la nota de prensa es que las chicas leen mejor que los chicos en cada país, con una diferencia equivalente a un año escolar. ¡Hombre!, teniendo en cuenta que la prueba se hace a jóvenes de 15 años, con la diferencia de madurez que existe a esa edad entre chicos y chicas, me parece que la conclusión era conocida para cualquiera que tenga hijos en esa edad, y desde luego apenas tiene nada que ver con los sistemas educativos en cada país.

Insisto: estoy convencido de que el informe completo será de mucha utilidad para las autoridades educativas de cada país, y seguro que de aquí se podrán obtener lecciones interesantes a partir de las experiencias de otros países. De hecho, sobre esta influencia de la variable socioeconómica el informe español contiene la conclusión, muy destacable, de que

La parte de la varianza atribuible a las circunstancias económicas sociales y culturales de sus alumnos es en muchos casos superior al 50% de la variación total entre centros. Como se ha señalado, existe una mayor equidad en los países en los que las diferencias entre centros son menores. Estos resultados ponen de manifiesto que el sistema educativo español es, después del finlandés, el que presenta mayor equidad entre los países seleccionados.

Mi crítica es sobre la insistencia de los comentaristas en la “nota general”. En el libro que citaba en el artículo anterior, “El tigre que no está” hay varios ejemplos similares sobre este tipo de ranking, con clasificaciones entre países, y cómo éstas apenas tienen en cuenta aspectos mucho más complejos que las cifras desnudas no descubren.

En definitiva, que los números desnudos que nos han proporcionado los resúmenes de prensa no sirven para nada fuera de su contexto. Una vez más, no son cuentas: son cuentos.